Un triplete de Ángel, un manotazo en la cara, una portería pubescente, un susto de Jaime Romero, algún veterano buscando la obra con la que entretenerse por las mañanas, algún joven que sonrojó a más de un compañero y la decepción de que hasta para disimular hay que tener, al menos, una pizca de inteligencia. Todo eso y mucho más se dedujo anoche del partido del Córdoba en Getafe. Un encuentro en el que poco había que hacer. En la ida se había perdido por 1-2 y nadie aspiraba ni confiaba en una remontada. Pero sí se convenía que la ocasión la pintaban para seguir ensayando e intentar remontar. No en la eliminatoria, pero sí en sensaciones, en ideas o en transmisión. Pero se ve que este Córdoba, o alguno de sus elementos, no está en esas. Y lo de la responsabilidad que se reclamaba tras el empate con el Elche, por lo visto, va con otros.

A fuerza de ser justos, la primera parte de los blanquiverdes fue una pura desgracia. Tuvo el Córdoba un buen arranque y no dio mala imagen. Llegó al final de ese primer acto con algún disparo a puerta, sin ocasiones claras pero funcionando bien en líneas generales, aunque faltándole precisión en los pases y un punto más de brío y velocidad. Pero Sebas Moyano, por ejemplo, así como Jaime Romero, dejaron detalles que podían pensar en un partido mínimamente decente. La estrategia defensiva, en ese primer tiempo, era sorprendentemente fiable. No remató nada el Getafe a balón parado, pero este Córdoba es de los que van a los toros y recibe un balonazo. Una cantada de Marcos Lavín, aprovechada por Portillo, que estaba a su espalda en la línea de gol, abrió el marcador. Y un penalti inventado por Martínez Munuera cometido por Valentín y anotado por Ángel dejó el marcador en un 2-0 que no se correspondía a lo visto sobre el terreno de juego.

Nada más salir de vestuarios anotó el Getafe el tercero, tras una contra local en la que faltó contundencia en defensa y algo más en la portería. Y si algo había del Córdoba terminó por desaparecer. Se ve que este equipo está, como mucho, para intentarlo, pero si las cosas se tuercen mínimamente, que venga otro para probarlo. El mensaje que lanzó el equipo es claro. Debilidad mental con la que a la mínima dificultad se dimite completamente. Y la responsabilidad llevada, principalmente, por un chaval de la cantera que tuvo la mínimo decoro torero de intentarlo siempre. Porque, a pesar de ese gol de cabeza de Aythami al saque de un córner por parte de Sebas Moyano, el Córdoba se había ido del partido hacía ya tiempo.

El cuarto y el quinto, ambos de Ángel, llegaron casi al mismo tiempo, en el espacio de dos minutos y entre uno y otro, el cambio de Quintanilla por Valentín (¿mensaje?). Antes de eso, Jaime Romero tuvo que ser evacuado en camilla tras una entrada de Cristóforo que provocó el choque del manchego contra el hombro de Foulquier, lo que le hizo perder el conocimiento durante unos segundos. El jugador blanquiverde fue trasladado al hospital, en donde estuvo en observación, lo que por suerte parecía más un trámite que un motivo de preocupación. Muy al contrario que su equipo. Este Córdoba hace feos hasta los trámites por lo que deja muy difícil creer en él a la hora de competir. Y lo que es más preocupante, no parece que a algunos de sus componentes, los que deben ser más protagonistas, les importe.

Ficha técnica:

5 - Getafe: Chichizola; Foulquier (Damián Suárez, min.70), Bruno, Miquel, Cabrera (Antunes, min.63); Cristóforo, Gaku; Alejo (Hugo Duro, min.55), Rober Ibáñez, Portillo; y Ángel.

1 - Córdoba: Marcos; Loureiro, Jesús Valentín (Quintanilla, , Aythami, Javi Galán; Bambock, Quim Araujo, Alfaro; Jaime (De las Cuevas, min.63), Sebas y Erik.

Goles: 1-0, min.17: Portillo. 2-0, min.42: Ángel. 3-0, min.48: Rober Ibáñez. 3-1, min.70: Aythami. 4-1, min.77: Ángel. 5-1, min.79: Ángel.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité valenciano). Amonestó a Alfaro (min.41). Expulsó por roja directa a Curro Torres, entrenador del Córdoba (min.41)

Incidencias: encuentro de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante 5.662 espectadores.