Al Córdoba Futsal le respetan. Nadie habla de él como un "equipo ascensor", ese apelativo de apariencia cariñosa -pero que esconde una hiriente condescendencia- con el que suelen referirse a aquellos recién llegados que carecen de historial y cuya "vida laboral" en la élite es aún corta. El Palacio Vista Alegre no es cualquier sitio, el Córdoba Futsal no es cualquier club y el proyecto que tiene en marcha está creciendo en las dos direcciones: la que se ve -los resultados, la imagen, el apoyo popular...- y la que no aparece a simple vista pero se nota. La estructura, el ideario, las raíces. De eso hablamos.

Ante el Palma Futsal, uno de los clubs con más tradición y empaque del campeonato -seis brasileños y tres internacionales cordobeses en sus filas: Carlos Barrón, Rafa López y Lolo Urbano-, el equipo cordobesista desplegó ese estilo que prometió Josan González. El pontano dijo que quería un equipo que hiciera levantarse al público de sus asientos. No faltaron ganas ni motivos, pero la puñetera pandemia del covid-19 impide los abrazos y las escenas de locura colectiva que todos los que estaban ayer en Vista Alegre imaginaban.

Se plantó el Córdoba con su tradicional brío, sin dejar resuello el contrario. Zequi vio la primera tarjeta a los pocos segundos del inicio. Los árbitros -pareja debutante en Primera- no parecían dispuestos a que se les fuera de las manos una confrontación que prometía echar chispas. Y tanto que lo hizo. A los 45 segundos de juego, la formación de Josan González ya había conseguido batir al equipo que venía acreditando la mejor defensa del campeonato. Pablo Del Moral remachó a bocajarro un despeje del cordobés Carlos Barrón tras un trallazo de Jesulito para hacer un 1-0 que elevó la temperatura de Vista Alegre.

No quedó ahí el asunto. Un minuto después, Saura pudo agrandar la herida del Palma tras recibir un pase certero de Zequi, pero su disparo salió desviado. El Palma sufría. Vadillo, técnico balear, tomó cartas en el asunto y metió en la pista a Rafa López, Vilela y Joao para contrarrestar la inspiración de los locales, que mantenían un alto nivel de intensidad en la presión sin cometer faltas.

El desempeño del Córdoba era impecable. Koseky estuvo cerca hacer el segundo a pase de Shimizu, pero al prieguense le sacó la pelota por detrás Raúl Campos cuando se disponía a armar el tiro. El Palma iba a trompicones, muy incómodo, con grandes dificultades para hilar sus jugadas. Se hipotecó a las aventuras individuales de sus múltiples estrellas, pero no encontraba la formula ante un Córdoba ordenado. Dos intentos de Vilela y un disparo de Marlon detenido por Prieto fueron el testimonio en ataque de los insulares, absolutamente maniatados por el trabajo defensivo del Córdoba. Los anfitriones no solo se centraban en proteger su marco, sino que mostraron descaro para salir a pegar bocados a su sorprendido rival. Zequi y Saura fueron protagonistas en dos contras que resolvió bien el meta Barrón.

El empate llegó de la única manera posible. El Palma equilibró el marcador a balón parado. Raúl Campos batió a Prieto en la primera falta de los cordobeses, que entraron en una fase de nerviosismo que no aprovechó el cuadro visitante en los minutos finales de la primera parte, que concluyó con empate.

El duelo tomó una nueva dimensión tras la salida de los vestuarios. El Palma levantó la voz, ofreció su perfil más potente y volteó el resultado en la estrategia. El brasileño Nunes sacó de esquina y se la colocó a su compatriota Vilela para que remachara dentro del área. La pizarra volvió a ser letal para los blanquiverdes Los de Vadillo, crecidos, dominaban y creaban situaciones de riesgo para Prieto, que tuvo que echar el resto. En pleno atasco del grupo, Josan dio salida al capitán, Manu Leal, en busca de un revulsivo desde lo emocional. También entró en liza el joven Joaqui, un talento local que va haciéndose sitio en los esquemas. Repuesto del mazazo, el Córdoba se lanzó a tumba abierta. Tuvo coraje y carisma. El ánimo de los 400 de Vista Alegre se sumó a la jerarquía de Jesulito o la sangre hirviente de tipos como Zequi, Cordero o Jesús Rodríguez.

Sin embargo, el golpe en la mesa lo dio Alfonso Prieto. No es la primera vez que el portero madrileño se convierte en un elemento ofensivo de primera magnitud. En la anterior comparecencia casera dio el pase a Shimizu para que el japonés firmara el mejor gol de la jornada -y uno de los más brillantes de la Liga-. Esta vez decidió progresar con la pelota en los pies y lanzar un latigazo desde la media pista que sorprendió a Barrón, que solo pudo rechazar para que Alberto Saura, pendiente, la tocara al fondo de la red.

Hasta la conclusión pudo pasar cualquier cosa, aunque el Córdoba lo tuvo más cerca. El tramo final del encuentro resultó revelador. Ninguno quiso arriesgar más de la cuenta. Enseñar el cuello hubiera supuesto, seguro, una mordida mortal. Así que mejor irse los dos con vida: el Córdoba, con su cuarta jornada consecutiva sin perder; el Palma, con su cartel de invicto. Cada cual por su camino. De igual a igual. Con todo respeto.

Ficha técnica

2 - Córdoba Patrimonio de la Humanidad: Prieto, Jesús Rodríguez, Jesulito, Zequi y Saura -equipo inicial-, Boyos, Shimizu, Joaqui, Koseky, Pablo del Moral, Ricardo, Cordero, Manu Leal y Cristian (ps).

2 - Palma Futsal: Carlos Barrón, Nunes, Lolo Urbano, Tomaz y Hamza -equipo inicial-, Joao, Rafa López, Marlon, Raúl Campos, Allan, Claudinho, Vilela y Fabio (ps).

Goles: 1-0, m.1: Pablo Del Moral . 1-1, m. 16: Raúl Campos. 1-2, m. 21: Vilela. 2-2, m. 30: Saura.

Árbitros: Cidoncha Cortés y Salomé Vizuete (Comité Extremeño). Amonestaron con tarjeta a los locales Zequi, Jesulito y Jesús Rodríguez y a los visitantes Nunes y Lolo Urbano.

Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada del campeonato de Primera División de fútbol sala, disputado en el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre ante 400 espectadores, el máximo permitido por los protocolos sanitarios por la covid-19.