Si tiene que ser así, pues así sea. Podrá cambiar de escenario, de jugadores, de camisetas, de patrocinadores y de competición, pero el Córdoba Futsal Patrimonio de la Humanidad tiene un sello que le marca desde que ingresó en el mapa de las categorías más altas del fútbol sala. Seguramente le viene de lejos, de esos tiempos en los que protagonizaba hazañas casi en la clandestinidad de las ligas menores. Ahora ha llevado su estilo a los grandes foros. En el pabellón Juan Carlos I de Baena, con la gente justita en las gradas -los protocolos sanitarios prevalecen-, el equipo blanquiverde noqueó al Betis en una actuación trepidante. Una vez más, el Córdoba compensó todo lo malo que hubiera hecho antes con un epílogo brillante y eficaz. Al Real Betis Futsal no le quedó más remedio que claudicar por 3-2 cuando tenía agarrado el billete para la final. El Córdoba se lo arrancó con furia y dejó al adversario sin posibilidad de réplica. Este domingo, a las 20:00, jugará la final de la Copa de Andalucía ante el Jaén Paraíso Interior, que en su cruce se deshizo del UMA Antequera por 3-1.

El gol rápido del Betis condicionó el guion de un encuentro que ya venía cargado de ingredientes emocionales: hay recuerdos grabados que nunca desaparecerán y los escudos también pesan. A los dos minutos, Emilio Buendía sacó un remate de zurda que puso con ventaja a los hispalenses y alteró el pulso a los de Josan González. Hubo nervios y nervio, precipitación y prisas. Y muchas -demasiadas- faltas. Lo mejor del Córdoba, su rabia tras recibir el golpe, fue también su pecado. Desde los once minutos tuvo que lidiar con la presión de tener cinco faltas ante un Betis que se creció con el marcador de cara y se mostró hipermotivado.

Josan rotó jugadores en busca de la fórmula del gol. Lo rozó muchas veces. El más activo fue Kazuya Shimizu, que probó al meta bético Sarmiento a los seis minutos con un trallazo que despejó el argentino. Los cordobesistas intentaron con rápidas combinaciones rajar la defensa del Betis, pero el ritmo del partido no les favorecía del todo. En medio del alboroto de faltas y amonestaciones, con bastante tensión en el ambiente, la escuadra sevillana se desenvolvió con mayor soltura. Zequi y Jesulito dieron una dimensión más creativa, pero el Córdoba no lograba su propósito pese a coleccionar oportunidades por parte de Saura, Koseky y Shimizu. El japonés estuvo cerca de colocar el empate en el minuto 17, pero lo evitó Sarmiento.

A la contra, el Betis tuvo en Elías Beltrán a su hombre más peligroso. Chaginha, en el tramo final de la primera parte, exigió a Alfonso Prieto, que lo paró todo menos el disparo de Rubén Cornejo a quemarropa a falta de seis segundos para el intermedio. El bético sacó partido de una pérdida de balón que resultó letal para los cordobesistas, que se marcharon al vestuario en medio del desconcierto: habían encajado al principio y al final del periodo en dos acciones evitables.

El obstáculo era enorme, pero el Córdoba insistió en un segundo acto en el que se veía obligado a ir a la heroica. Ya dejó claro el entrenador cordobés, Josan González, que no le gusta demasiado ese tipo de escenario, seductor para el público pero irritante desde el punto de vista técnico. La mejor remontada es la que no es necesaria. El Córdoba se había buscado problemas y debía resolverlos para optar a repetir en la final de la Copa. Lo hizo sin perder su esencia. Se desenvuelve bien en las situaciones complejas, bailando sobre el alambre.

Zequi conduce el balón en una acción del partido. JOSÉ ANTONIO CHACÓN

Bocao asustó con un latigazo desde lejos que estuvo a punto de convertirse en el tercero del Betis. Los sevillanos -en su segundo partido de pretemporada; el primero lo perdieron ante el Viña Albali (5-1)- se atrincheraron con solidaridad y esperaron el previsible concierto de percusión cordobés. Jesús Rodríguez pudo marcar en un lanzamiento lejano que desvió Sarmiento. El portero bonaerense, que llegó desde el Palma Futsal, quebró la moral del Córdoba con un desempeño impecable.

A siete del final, una acción formidable de Shimizu y Zequi la certificó el gaditano con un gol que puso el 2-1 y ejerció un efecto estimulante sobre los cordobesistas. Juanito, entrenador del Betis, pidió tiempo muerto para serenar a los suyos y replantear la cuestión. El Córdoba iba lanzado. Jesulito tuvo un par de situaciones francas para sellar el empate y a Saura le sacó Sarmiento un mano a mano.

Y a dos minutos del fin, el lío. El goleador Saura y Jesús Rodríguez, uno de los de la vieja guardia blanquiverde, le dieron un vuelco al marcador con sendos tantos que ponían a los de Josan González en órbita. El Betis no tuvo fuerzas ni capacidad de réplica ante el mazazo final un un Córdoba que fue buen encajador y estuvo certero en el momento cumbre. Pasarlo mal le estimula para dar su versión más eficiente. Este domingo, la final. Puede ocurrir cualquier cosa.

FICHA TÉCNICA

3- Córdoba Patrimonio de la Humanidad: Prieto, Jesús Rodríguez, Jesulito, Koseky y Saura (cinco inicial). También jugaron Shimizu, David Leal, Manu Leal, Pablo del Moral, Zequi, Joaqui, Ricardo y Cordero.

2- Real Betis Futsal: Sarmiento, Bocao, Elías, Rubén Cornejo y Emilio Buendía (cinco inicial). También jugaron Burrito, Borja Blanco, Changuinha, Chicho, Eric e Ivi.

Árbitros: Bustos Caparrós y Ugarte Ruiz (Colegio Andaluz). Mostraron cartulina amarilla a los blanquiverdes Zequi, Saura y Jesulito, así como a los béticos Bocao y Chicho.

Goles: 0-1 Emilio Buendía (2’). 0-2 Rubén Cornejo (19’). 1-2 Zequi (33’). 2-2 Saura (38’). 3-2 Jesús Rodríguez (38’).

Incidencias: Segunda semifinal de la Copa de Andalucía disputada en el Polideportivo Juan Carlos I de Baena ante 200 espectadores.