Un regreso extraño, atípico y bastante complejo dentro de la “nueva normalidad” instaurada. El Córdoba CF volvió a disputar un encuentro en El Arcángel tras más de cinco meses sin poder hacerlo. Su rival, debido a la actual situación sanitaria y la complejidad reinante, no fue otro que el filial blanquiverde -del grupo X de Tercera División-. Y es que la propia Real Federación Andaluza de Fútbol emitió una nota informativa donde apuntó que no autorizaba “entrenamientos y amistosos”, dejando la “responsabilidad exclusiva a los organizadores de dicha actividad”. La entidad decidió, dadas las circunstancias, concertar este peculiar envite que se adjudicó por 2-0 el de superior rango.

Las gradas vacías y un silencio solo alterado por los protagonistas en el terreno de juego, un panorama absolutamente descorazonador y diametralmente opuesto al que se recordaba en el estadio ribereño. Había que remontarse hasta el 8 de marzo para rescatar el último envite celebrado como local. El conjunto cordobesista, aquel día, recibió a un portentoso FC Cartagena -uno de los clubes que ha ascendido a la categoría de plata- con la intención de estar entre los cuatro primeros clasificados del Grupo IV de Segunda División B. Sin embargo, los blanquinegros superaron ampliamente a los de Raúl Agné y se llevaron los tres puntos al imponerse por 0-2. Esa derrota, unida a la anterior sufrida contra el Algeciras CF también en casa, le costaron el puesto al míster aragonés.

Unas horas más tarde se firmó a Juan Sabas como su sustituto, pero al que fuera jugador del Club Atlético de Madrid no le dio ni tiempo a debutar. El parón competitivo provocado por la pandemia dejó a los blanquiverdes sin posibilidades de pelear por subir a Segunda División y con la temporada cerrada. Así pues, aunque se produjera en un envite preparatorio, Sabas dirigió por primera vez a sus pupilos junto a casi todo su equipo de trabajo, ya que su segundo, Manuel Robles, arbitró la contienda. El partido de entrenamiento fue televisado en directo por Onda Mezquita.

Una alineación con la base del curso pasado

El madrileño puso en liza un once donde combinó piezas del primer equipo y del segundo. En portería actuó Isaac Becerra -totalmente recuperado del coronavirus-, Iván Robles, Mohammed Djetei, Juan Luna y Manolillo estuvieron en defensa, Darren Sidoel -uno de los fichajes-, formó en el centro del campo junto a Javi Flores, Carlos Valverde y Miguel de las Cuevas acompañaron por los flancos mientras que Fran Gómez y Federico Piovaccari actuaron en la zona ofensiva.

El capitán Javi Flores conduce el balón. FRANCISCO GONZÁLEZ

Como dato curioso, cinco de ellos -Becerra, Valverde, Javi Flores, De las Cuevas y Piovaccari- ya partieron en la titularidad ante el Cartagena. Otros tantos, véase Raúl Cámara -ahora en funciones de enlace entre el vestuario y la directiva-, Chus Herrero o Fidel Escobar ya no son futbolistas del Córdoba.

Germán Crespo, nuevo técnico del filial, colocó en la meta a Juliaan Laverge -cancerbero belga al que se firmará después de dos semanas a prueba y que ha entrenado hasta ahora con Sabas-, Carlos Puga, Álex Muñoz, Óscar Ruiz, Burgos, José Manuel, Rovira, Álex Marcelo, Felipe Veloso -también en la dinámica de trabajo del primer grupo-, Álex Marín y Fran Cano. Muchas esperanzas existen en el proyecto diseñado por Rafael Herrerías y David Ortega y los más jóvenes, portando peto amarillo, intentaron mostrarse desde el inicio.

Buen arranque del filial

Porque el ritmo del compromiso lo llevó el Córdoba B durante los primeros compases. De hecho, Ale Marín dejó su sello con desborde por el costado zurdo y un chut que atajó el Becerra. Dicha acción despertó al plantel sénior que rozó el 1-0 mediante un centro de Manolillo y un posterior cabezazo de Valverde que cortó la zaga. Piovaccari, cumplido el minuto 20, marró otra clara oportunidad después de una jugada personal de De las Cuevas. El italiano, con las medias bajadas, insistió en su empeño ante la puerta y pidió, a renglón seguido, un penalti que el improvisado colegiado no cobró.

La insistencia de los de Sabas finalmente tuvo su recompensa cumplido el 42 del choque. Una rápida transición hacia la banda derecha gestó el primero de la matinal. De las Cuevas recibió, se marchó de dos rivales y se perfiló para cruzar el esférico, de potente remate, haciendo imposible la estirada de Laverge. Piovaccari estuvo a punto de aumentar la renta antes del descanso, pero el arquero detuvo el disparo para mantener con opciones a su equipo.

Muchos cambios tras la reanudación

Sabas varió prácticamente la totalidad de su alineación a la vuelta y el único que repitió fue Luna. Edu Frías suplió a Becerra, Francisco Núñez, Álex Sánchez y Jesús Álvaro completaron la retaguardia, Alberto del Moral y Antonio Moyano llevaron la media mientras que Iván Navarro y Luismi Redondo se encontraron por las bandas. Thierry Moutinho y Willy Ledesma buscaron el gol para la segunda mitad. Xavi Molina, por molestias, y los recién arribados Berto Espeso, Manu Farrando y Djak Traoré -también sufriendo problemas físicos-, no participaron.

Javi Romero, Ángel, Maristany, Miguel Gómez, Raúl Mesa, Juan Ignacio, Tate o Pirri representaron a un filial que contó con Manolillo y Fran Gómez -ambos en el primer plantel anteriormente-.

El partido en un estadio vacío. FRANCISCO GONZÁLEZ

Control sin fisuras de los de Sabas

El Córdoba sí dominó a la vuelta y gozó de tres ocasiones relevantes teniendo como protagonistas a Jesús Álvaro, Willy y Moyano. La alta presión practicada dificultó la salida de balón al B y elevó el rendimiento atacante. De esa manera apareció Moutinho en varias acometidas dejando muestras de su calidad. En una de ellas, a pase de Luismi, estrelló el esférico en el palo derecho cuando parecía que iba a producirse el segundo.

El nivel bajó a medida que el cronómetro avanzaba. No obstante, cabe recordar que ambos vestuarios no suman todavía un gran número de entrenamientos -el filial retornó el martes- y el cansancio se dejó notar. En el 87, desde un córner, se materializó el definitivo 2-0. Moutinho la colgó al corazón del área y allí apareció solo de marca Willy que cabeceó al fondo de las mallas.

Esta prueba puede repetirse a lo largo de esta pretemporada tan abrupta. El fútbol, aunque de una forma que nadie desearía, volvió a cobrar vida en un Arcángel que aguarda tiempos mejores.