Era la foto más esperada. El interés mediático apuntaba al estado anímico de la primera plantilla tras sumar su primera derrota en casa, donde se estaba mostrando intratable. Pero el Córdoba se recluyó ayer en las instalaciones de El Arcángel para hacer la sesión de entrenamiento después de haber descansado el lunes.

Por partes. Ayer amaneció el césped del estadio municipal cubierto por mantas térmicas para proteger las nuevas semillas y recuperar el aspecto de la hierba, que se vio considerablemente desgastada con respecto a los encuentros anteriores. Unas mantas que permanecerán en el coliseo ribereño hasta el 4 de enero -partido ante el Recreativo- y que solo se levantarán para el choque ante el Tenerife. Se trata de favorecer el crecimiento de la nueva semilla y evitar posibles las heladas.

Del mismo modo, el segundo campo de la ciudad deportiva aparecía ayer cubierta con las mismas mantas. Un terreno de juego que hace algo menos de un mes examinaban Pablo Villa y Cándido Cardoso, presumiblemente, para cambiar el campo de entreno del primer equipo ante el estado defectuoso del que actualmente se está utilizando y que muchas voces señalan como responsable de las lesiones que los jugadores están padeciendo esta temporada.

Así, según informó el club, el primer equipo realizará, al menos hoy, sus entrenamientos en el municipal de El Carpio, donde juega y entrena el filial, relegando a los de José Antonio Romero a entrenarse en Alcolea. Según el club carpeño, la medida se ha tomado por "las malas condiciones del maltrecho césped de la ciudad deportiva". El estadio es de césped artificial, y no natural como es El Arcángel o la propia ciudad deportiva. Y es que el entreno en una superficie y otra varía muchísimo, tanto que hasta se tiene que jugar con botas distintas. Igualmente, pasar de entrenar en un campo natural a uno artificial, con una mayor dureza del terreno, aumenta el riesgo de lesiones, según diversos estudios.