Este 2 de mayo no será recordado como aquel 7 del mismo mes del 72, cuando en circunstancias muy parecidas, otro Córdoba camino a Segunda como este superó a otro Barça como el de ayer, plagado de estrellas, evitando su alirón de aquella campaña. Demasiado se ha dicho y escrito ya de aquella fecha tan señalada. Ayer, con un marcador también de otra época, el actual líder de Primera añadió otro capítulo al duelo particular entre ambos, pero no permitió sorpresas y con un humillante 0-8 en El Arcángel certificó el descenso de los cordobeses.

Este 2 de mayo tampoco será recordado por las protestas del levantamiento del XIX. Apenas tres o cuatro arreones contra el palco, ni siquiera masivos (muchos azulgranas en la grada), por una mezcla de bochorno y hastío después de una campaña extenuante que será recordada por batir todos los registros negativos habidos y por haber.

El humillante 0-8 en El Arcángel ante el Barcelona de Messi y compañía puso el colofón (momentáneo, aún queda la despedida ante el Rayo Vallecano de Paco Jémez; no cabe más morbo en el reencuentro) a una temporada abocada al descenso de categoría desde hace ya meses. Solo la incertidumbre de las matemáticas y las posiciones más optimistas evitaron desde hacía tiempo dar por acabado el presente curso. Incluso, desde hace un par de semanas, sorprendió que desde el propio club se hablase con tanta naturalidad del próximo proyecto en Segunda cuando aún las cuentas daban opciones a los de José Antonio Romero. Otra cosa eran las sensaciones que transmitía este grupo de jugadores que pasará a la historia por su nula aptitud (y actitud en algunos casos) entre los grandes del fútbol español. No en vano, el crédito les duró pocos meses y tres técnicos.

La semana que viene, el Córdoba tiene previsto anunciar el nombre del entrenador que dirigirá el quinto proyecto de Carlos González. Según sus propias declaraciones públicas y las señaladas en la entrevista a este periódico, el objetivo será de nuevo el ascenso a Primera con un perfil de técnico "protagonista‡" y con un currículo incuestionable. Aunque adelantar nombres sea prácticamente un brindis al sol, sobre la mesa están profesionales como José Luis Oltra o Francisco, entre otros. Toca esperar.

Pero si importante es reconstruir de las cenizas de esta campaña tan nefasta un nuevo proyecto deportivo que ilusione, no lo es menos afinar en la recomposición de las estructuras de decisión en el club. Sobre todo en su parcela técnica. Si el presidente cumple con su palabra, no habrá cambios en la dirección deportiva, aunque los fallos de esta temporada sí pueden afectar a los círculos de influencia de Carlos González. Además, otro factor a tener muy en cuenta y que se antoja clave en el sostenimiento no solo social sino económico del club es la fractura que ha propiciado esta campaña entre la entidad y buena parte de su afición más fiel. El desapego con que finaliza el curso se evidenció ayer, en parte gracias también al error estratégico de la política de precios ante el Barça que restó blanquiverdes en favor de azulgranas, con la peor entrada en Primera. Solo si el club camina de la mano de ellos, con voluntad de rectificar, podrá aspirar antes que tarde a otro ascenso.