"El 1-4-2-3-1 es un sistema que es ofensivo pero, a la vez, si pones dos pivotes puedes tener seis futbolistas por detrás del balón en un momento si se rompe el partido o si es de correcalles. Jugaremos muchas veces en circunstancias a lo que te dé el partido: el rival, nosotros, el terreno de juego o las condiciones del partido», avisaba Juan Sabas durante la concentración del equipo en Montecastillo, en la primera quincena de septiembre, cuando se le preguntaba por el esquema que utilizaría el Córdoba CF en la 20-21.

Y lo cierto es que el madrileño ha aplicado esa versatilidad a las primeras de cambio, mirando al rival, el propio encuentro y a su propio equipo, porque «siempre nos miraremos a nosotros mismos, lo primero». Tanta cintura ha tenido el técnico blanquiverde que ha empleado tres esquemas o dibujos diferentes en las mismas jornadas de Liga disputadas hasta ahora y la verdad es que le ha funcionado en líneas generales, más allá de apuntes que se puedan realizar sobre jugadores o sobre momentos determinados de cada uno de los choques.

Fiel a su esquema ideal, Sabas inició la Liga en El Arcángel marcando un claro 1-4-2-3-1, situando a Darren Sidoel como mediocentro defensivo acompañando a Mario Ortiz y alineando una línea de mediapuntas conformada por Thierry Moutinho por la derecha -aunque su banda ideal es la izquierda-, Miguel de las Cuevas por detrás de Piovaccari y Javi Flores, en la izquierda. Probó el madrileño otras variantes en la recta final del encuentro, incluso colocar a Mario Ortiz como mediocentro defensivo durante unos minutos, un puesto que no le es ajeno, aunque finalmente decidió incluir a Alberto del Moral.

Una semana después esperaba el Yeclano Deportivo en La Constitución y, más allá de la lesión de Miguel de las Cuevas, la primera media hora en el campo murciano respaldó la decisión de Sabas de jugar con dos delanteros, Willy Ledesma y Piovaccari, en un 1-4-4-2. Por dentro, dio la primera titularidad a Alberto del Moral, dejó a Moutinho y a Flores en el banquillo y alineó desde el inicio a Alain Oyarzun y a Samu Delgado. La puesta en escena en Yecla y el resultado a la media hora de juego dejaban a las claras que el Córdoba CF sabía a qué había ido y que las dos líneas de cuatro con dos delanteros fue un acierto. De hecho, en el último tercio del choque, con 1-3 en el marcador, Sabas regresó al 1-4-2-3-1 a partir del minuto 70, con un doble pivote conformado por Del Moral y Xavi Molina, y una línea de mediapuntas integrada por Álex Robles por la derecha, Javi Flores en la izquierda y Julio Iglesias en la mediapunta, dejando a Willy como único delantero, aunque en los últimos cuatro minutos entró Moutinho por el de Torremejía.

Tocaba el tercer examen, ante el UCAM, un equipo con el sello de Salmerón. Y Sabas no dudó en volver a cambiar el dibujo, en este caso, para asemejarlo al que habitualmente ha utilizado el equipo universitario: un trivote en la medular, dos bandas y un punta, aunque en el caso del UCAM, en El Arcángel, Salmerón decidiera defender con tres centrales, colocando a Tropi como mediocentro defensivo y a Pablo Espina y Rafa de Vicente como interiores, en una clara demostración de que el almeriense temía la capacidad de creación de los blanquiverdes y, sobre todo, su pegada.

Sabas montó también un trivote, en este caso con Alberto del Moral en el mediocentro defensivo y otorgando al chaval del filial su segunda titularidad consecutiva, e incluyendo a Mario Ortiz y a Javi Flores como interiores, con Samu Delgado por la derecha y Alain Oyarzun por la izquierda. El partido debía decidirse por detalles y lo cierto es que el conjunto blanquiverde generó el número suficiente de acercamientos y, sobre todo, de oportunidades, como para que esos detalles cayeran de su lado. El disparo al poste al filo del descanso y el lanzamiento al larguero nada más volver de él, ambos de Javi Flores, fueron los puntos álgidos de que el Córdoba CF funcionaba aceptablemente ante un rival rocoso que no puso en aprietos en ningún momento a Edu Frías. El del domingo fue otro cambio que, más allá de otras valoraciones, funcionó en el conjunto blanquiverde y podría decirse que incluso se echó de menos un punto más de continuidad en el mismo durante el choque tras la salida del campo de Javi Flores.

En cualquier caso, lo que no ha variado para Sabas y resultan inamovibles son tanto los nombres para la portería y la defensa (Edu Frías, Farrando, Djetei, Bernardo y Espeso), así como uno de los mediocentros, Mario Ortiz, y por supuesto, Federico Piovaccari. Pero más allá de nombres, lo cierto es que en solo tres jornadas, Juan Sabas ha utilizado en el Córdoba CF tres esquemas y diferentes y todos han funcionado. En la misma entrevista, el madrileño dijo hace casi dos meses que «si yo vengo con una idea preconcebida de cómo quiero jugar, voy como un martillo pilón con eso y no tengo los futbolistas adecuados para ese dibujo, me estoy dando un chocazo contra la pared. Siempre busco el estudiar el grupo deportivo, profesional y humano que tengo y luego busco el dibujo». Y Juan Sabas ya ha encontrado tres.