El Córdoba CF cosechó su segunda derrota de la temporada, con toda justicia, en el Cartagonova. El conjunto blanquiverde sigue confundido, muy confundido, lo que le lleva por un camino de involución del que no será fácil salir. Al menos, si continúa insistiendo en los mismos conceptos, en las mismas ideas (?), en algunos hombres... A este Córdoba CF de Enrique Martín se le acumulan las preguntas sin respuesta. ¿Si se va en desventaja en el marcador se debe insistir con un doble pivote defensivo? ¿Si la supuesta calidad de algún hombre no aparece se le debe seguir dando partidos de 90 minutos y transmitir al grupo que alguno tiene bula permanente aunque no aparezca durante varios encuentros seguidos? Si el rival se adelanta en el marcador, ¿el mayor síntoma de ambición es un cambio de delantero por delantero? Con todo lo anterior, ¿si el mejor argumento ofensivo es un balón largo para que corra un extremo, para qué tres medias puntas? Y si este Córdoba CF no quiere jugar con el balón raseado, ¿para qué ese hombre u hombres de calidad? ¿No habría que apostar, entonces, por los que estén en mejor condición física? A la inversa: si esa es la apuesta, la de hombres de calidad, ¿por qué entonces un doble pivote físico y balón largo constante a un extremo? El verdugo de un entrenador es el resultado; el peor de los demonios, la valoración que se haga de cada uno de los jugadores, jornada tras jornada. Si cada uno de ellos, individualmente, está por debajo del nivel visto en el pasado, de la escala que se espera de ellos... Las miradas se dirigen entonces hacia el banquillo.

Ese es un punto serio en el que debería reflexionar este Córdoba CF para dejar de seguir confundiéndose. El otro, básico, es a qué se dedica este equipo. Transmite la sensación el conjunto blanquiverde, jornada a jornada, que parece esperar a que el propio fútbol rompa por algún lado. Si gana un partido «bien» -así de grande es el fútbol- jugando de determinada manera se dirá que era lo que se buscaba y tirará por ese sendero. Mientras tanto, palos de ciego constantes. Eso es lo que transmite este Córdoba CF.

Las bajas en el Córdoba CF son sensibles

Puede agarrarse a otros argumentos el conjunto blanquiverde. Las bajas son sensibles y alguna de ellas, visto lo visto sobre el césped, fundamentales. También, que recibió un primer gol en fuera de juego, cuando el encuentro rozaba la media hora de juego y que nadie, absolutamente nadie de los que vestían de naranja ayer. hizo el amago de, al menos, protestarle al colegiado. En esa primera media hora, el partido de unos y otros no parecía ir hacia un camino de clara superioridad de alguno de los dos contendientes, pero fue encajar el primer gol de Elady y el Córdoba CF se marchó. Así, sin decir ni adiós. El último cuarto de hora de los cartageneros fue merecedor de algún gol más ante el desconcierto de unos, la frialdad de alguno y la impotencia de la mayoría de los que iban de naranja. Lo mejor que le pudo pasar al Córdoba CF era, o parecía serlo, que llegó el descanso con ese 1-0 en el electrónico.

Pero no. Lo siguiente fue, si cabe, peor. El conjunto blanquiverde no mostró ni la más mínima capacidad de reacción. O quizá esta se limitó a esa ocasión de Owusu nada más salir de vestuarios. Un Cartagena que transmitió estar infinitamente mejor trabajado se bastó con tener el balón el mayor tiempo posible y, cuando el rival se lo permitía -que se lo permitía-, probar a aumentar la ventaja. Vista la atonía del encuentro y, como nadie hacía nada, el conjunto visitante «arriesgó» cambiando a su delantero por otro delantero. Por su parte, el local retiró a Verza para dar algo más de físico al mediocampo cartagenero. El partido continuaba exactamente en el mismo camino, así que Antonio Moyano entró por Imanol García y, poco después, Jovanovic por Caballero. Y nada. Todo continuaba igual. El Cartagena controlaba sin mucha dificultad y el Córdoba CF seguía transmitiendo que no era capaz ni tan siquiera de rebelarse. Así que, como uno no quería y el otro no podía, llegó el segundo gol local por un penaltito, más fruto de la picardía de Andújar que de un error de Fidel Escobar, al que en cualquier caso le sobró «alegría» en su propia área para despejar ese balón. Elady engañó a la perfección de Isaac Becerra y, si antes no había nada que hacer, a partir ahí, aún menos.

Este Córdoba CF no da los pasos necesarios

De nuevo el Córdoba CF hizo un cambio, el último, de hombre por hombre (Sebas Moyano por Zelu) y también recibió otro golpe de la suerte, de la mala en este caso: Xavi Molina se tenía que retirar tres minutos después de ese último relevo por un problema muscular, por lo que el conjunto blanquiverde tuvo que jugar hasta el descuento con un jugador menos, cuando fue expulsado el local Fucile por doble amarilla.

Más allá de ese primer gol en fuera de juego o ese penalti infantil, cuanto menos, lo cierto es que este Córdoba CF no da los pasos que debería haber dado. El cambio de tres centrales a dos realizado hace tres semanas dejó a las claras que el problema no es con cuántos se defiende, sino que este equipo no parece tener un plan de juego, una idea para meterle, si no un susto, sí al menos algo de presión al rival en su sistema defensivo. Por contra, la tan cacareada en verano fortaleza defensiva duró apenas tres partidos, los tres primeros de Liga, lo que ha dejado aún más a la vista de todos los graves problemas de construcción y de llegada al área rival de este Córdoba CF que, lejos de evolucionar en el último mes o mes y medio, ha ido dando pasos hacia atrás. Y quizás esa confusión de la pasada semana sea consecuencia de una alarmante indefinición.