Se ha metido en el buen carril y no hay quien lo saque. El Córdoba CF terminó el año eliminando al Albacete, de Segunda, y ha arrancado el nuevo noqueando al Getafe, de Primera. Con actuaciones así, los blanquiverdes amasan una razonable esperanza de dejar de ser inquilinos de la Segunda B. La Copa del Rey no traerá taquillazos, pero sí ha reportado al cordobesismo un regalo extraordinariamente valioso: la ilusión fundada. El equipo de Pepe Bordalás no supo meterle mano a un partido que Alfaro convirtió en un galimatías para un contrario que, preso del nerviosismo por su deprimente situación, no está para pensar en resolver jeroglíficos. Los azulones, con muchas caras distintas, sucumbieron ante un Córdoba al que, evidentemente, no conocían a fondo. El blanquiverde fue más equipo. Lo tenía más claro y lo demostró. La Copa del Rey está siendo un formidable escaparate para un Córdoba que recupera su autoestima: desde que llegó Alfaro no ha cedido. Larga vida al unocerismo.

[Así hemos vivido la victoria copera del Córdoba CF ante el Getafe en directo

El aragonés fue coherente con la línea de trabajo que expresó a su llegada: su Córdoba es un campo abierto a las oportunidades. No se trata de una romería de rotaciones, sino una estrategia para mantener siempre arriba el pico de rendimiento independientemente de los protagonistas. Hay, con todo, piezas maestras: Djetei en el eje de la zaga y Mario Ortiz engarzando el medio con la punta fueron referentes del once que dispuso el técnico aragonés ante un Getafe removido por Bordalás para la ocasión. También quedó ratificada la relevancia actual de Alberto Del Moral, la irrupción más potente del actual curso. El toledano, de 20 años, recuperó balones y distribuyó con criterio.

Salió impetuoso el Córdoba, enardecido por unos prolegómenos que recordaban tiempos no tan lejanos. Hubo himno a capella y cánticos permanentes en el graderío. Gloria pura. Willy protestó tras caer en el área ante Chema, que levantó las manos exculpándose. El canario Hernández Hernández -el árbitro que echó a Cristiano Ronaldo en El Arcángel hace un lustro- se quedó como si nada. Y a los cinco minutos, explosión: un centro excelente de Moutinho con la derecha lo cabeceó con pericia Willy Ledesma para batir a David Soria. El escenario perfecto para los anfitriones. El Getafe, incómodo y sorprendido, no encontraba el modo de progresar con el balón controlado ante un escuadrón desatado.

El duelo se tornó áspero. Se prodigaron entradas y malas caras y el colegiado atajó sacando las tarjetas a pasear: Mario Ortiz, Farrando Diaby y Timor habían sido amonestados al llegar el crono al cuarto de hora. Los de casa, ordenados, buscaban el dominio desde la posesión del balón. El Getafe buscaba a Ángel, muy vigilado por la zaga. El juvenil Mamor Niang trataba de alborotar, pero los defensas locales tiraron de experiencia para minimizar cualquier intento azulón.

Willy, autor del gol del Córdoba, persigue a un adversario. | CHENCHO MARTÍNEZ

La diferencia de categoría no se apreció. El Córdoba se acercó poco a Soria, pero sacó renta: un disparo, un gol. El Getafe ni siquiera llegó a rematar entre los tres palos de Isaac Becerra. Las interrupciones permanentes embarraron el ritmo en un partido que Pablo Alfaro tenía bien estudiado. Bordalás se encontró en un espejo endiablado: su adversario le jugaba al mismo nivel y lo hacía mejor. Con el 1-0 se llegó al intermedio. El público, obviamente, tenía el ánimo lindando con la euforia.

Bordalás tomó cartas en el asunto: metió a Cucurella, Portillo y Arambarri para abordar la segunda parte con otro aire. Mamor se matió en el área y soltó un zurdazo que supuso el primer lanzamiento a portería de todo el encuentro. Becerra detuvo el balón. A los diez minutos entró Ángel Mata y en su primera acción asustó con otro disparo entre los palos de paró el meta cordobesista tras tocar la pelota en el pie de Djetei.

El Córdoba se defendía ante un Getafe mucho más punzante, que se encomendó a las penetraciones de Marc Cucurella para sembrar la inquietud en la retaguardia. A Becerra de le acumulaba la labor: detuvo un cabezazo de Echeita y tuvo que sacar los puños en balones colgados al área. El panorama había dado un vuelco, aunque los de Alfaro se sostenían con solidaridad y el incentivo moral de ver cerca una hazaña.

Piovaccari entró por Willy a falta de veinte minutos y se quedó como un islote arriba. Era hora de sufrir. El Getafe tocó a rebato y asedió al entrar en los últimos diez minutos. Becerra hizo un paradón a remate de cabeza de Arambarri y luego Iglesias estuvo a punto de embocar en el rechace.

El tramo final fue una ruleta rusa. El Getafe apretaba lo suyo y el Córdoba se manejaba con el ánimo a mil por hora. En medio del clásico ritual de los finales apretados -tirones, balones desplazados, pases insustanciales...- se llegó a una situación límite. A Bordalás ya no le quedaban argumentos, Pablo Alfaro se relamía en la banda y Federico Piovaccari se encontró con una contra que le dejó solo ante el meta del Getafe. El público contenía la respiración, pero el italiano trató de colocarla ajustada y se le marchó fuera. El éxtasis llegó con el silbatazo de Hernández. El Córdoba lo festejó como se merecía y ya está en la siguiente ronda de la Copa.

Alfaro se abraza con los suyos al final del partido. | CHENCHO MARTÍNEZ

Ficha técnica

1 - Córdoba CF: Isaac Becerra; Farrando, Djetei, Xavi Molina, Jesús Álvaro; Djak Traoré, Alberto Del Moral; Samu Delgado (Alain Oyarzun, m. 72), Mario Ortiz, Moutinho (Valverde, m. 58); y Willy Ledesma (Piovaccari, m. 67).

0 - Getafe CF: David Soria; Nyom, Etxeita, Chema Rodríguez, Iglesias; Diaby (Cucurella, m.46), Timor (Djené, m. 65), Palaversa (Arambarri, m. 46), John Patrick (Portillo, m. 46); Ángel y Mamor (Jaime Mata, m. 54).

Gol: 1-0, m.6: Willy Ledesma.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Mario Ortiz, Farrando, Del Moral y Willy y a los getafenses Iglesias, Diaby, Cucurella y Timor.

Incidencias: Partido de la segunda eliminatoria de la Copa del Rey disputado en el Estadio El Arcángel ante 2.500 espectadores.