Tras el carrusel de fichajes (hasta siete) que el Córdoba anunció el pasado domingo, el club dejó la plantilla base conformada. Carrión tiene ya a la estructura esencial del equipo y en determinadas posiciones como el lateral derecho o el centro del campo hay overbooking. Porque a los nuevos fichajes hay que sumar que ayer el club anunció que Marc Vito, Javi Galán, Esteve Monterde y Quiles son ya hombres del primer equipo (y renovados hasta 2020). Sin embargo aún se esperan un par de refuerzos en los extremos, la zona más desangelada del equipo. En la izquierda solo está Javi Galán y en la derecha un Antoñito al que se quiere reconvertir en esa posición, pero que no es descartable que salga si llegan ofertas.

OPERACIÓN SALIDA

Una vez afrontado el grueso de nuevos refuerzos, para abrir la puerta a nuevas incorporaciones antes hay que dejar salir. El Córdoba cuenta actualmente con 28 fichas, tres más de las que permite registrar la LFP. Si se quiere traer a dos jugadores es necesario dar de baja al menos a cinco futbolistas. Dos de ellos lo tienen muy encarrilado para abandonar la entidad califal. Son Abel Moreno, que ya ha rescindido su contrato y está a la espera de la confirmación oficial de su baja, y Borja Domínguez.

El caso del mediocentro gallego se resolverá en los próximos días, e incluso horas. Su agente aseguró a este periódico que «en 24 o 48 horas se resolverá su futuro». Se tratará de «un traspaso»y no de una rescisión de contrato, ya que el Córdoba tiene intención de hacer caja con él y el Alcorcón está dispuesto a pagar.

Aunque su agente reconoce que «hubo más equipos interesados», actualmente es el equipo alfarero el mejor posicionado para firmar a un mediocentro que tuvo una gran segunda vuelta en el Oviedo, club en el que estuvo cedido en la segunda vuelta. Borja jugó en tierras asturianas 10 partidos en los que marcó dos goles y se echó el equipo a las espaldas. Pero el nuevo técnico de los ovetenses, Juan Antonio Anquela, comunicó a su llegada que no contaba con Borja. Fue entonces cuando equipos como el Lugo trataron de pescar en río revuelto, a sabiendas de que para Carrión tampoco es una prioridad que se quede en el Córdoba.

Finalmente el Alcorcón, si no se tuercen las negociaciones, será el destino de Borja. Su agente asegura que se están viviendo «los momentos clave» de los contactos entre ambos clubs, por lo que habrá fumata blanca esta semana. Pero aún con la salida de Borja el centro del campo continuaría realmente congestionado. Actualmente, contando con el gallego, hay 11 centrocampistas para tres puestos. Borja, Luso, Edu Ramos y Caballero comparten posición con otros cuatro jugadores recientemente renovados Javi Lara (hasta 2019), Aguza (2018), Markovic (2020) y Alfaro (2020). A ellos hay que sumar a Álex Vallejo y a los ya excanteranos Esteve y Jordi Ortega.

LUSO EN LA RAMPA

Es por ello que a la baja de Domínguez habría que sumar al menos otro descarte más para dejar en 9 (tres por puesto, dos de ellos canteranos) la cuota de mediocentros. El pivote es el puesto más cargado y la llegada de Vallejo, que actúa tanto de ‘5’ como de central, puede significar la salida de Luso, con un perfil similar. Otro que no es descartable que salga es Carlos Caballero. Sin embargo, fuentes cercanas al madrileño aseguran que no tiene intención de marcharse. «Tiene un año más de contrato y ganas de seguir allí».

LA CUESTIÓN DE BIJIMINE

Y otro de los hombres que apunta a descarte es Jonathan Bijimine, aunque será una salida mucho más compleja. El central franco-congoleño, tras sus incidentes extradeportivos, dejó de contar para el Córdoba. Desde entonces Carrión dejó de alinearlo y apenas entró en cuatro convocatorias desde el mes de febrero, por lo que su salida se da por algo incontestable.

Bijimine llegó al filial blanquiverde en la temporada 2014 y se convirtió en uno de los pilares para el ascenso a Segunda B. Tanto es así que el pasado verano obtuvo ficha del primer equipo. Fue titular durante toda la primera vuelta de la pasada campaña, pero tras el conocido incidente fue apartado, de facto, del equipo. Entrenaba pero sin opciones de jugar. Una situación que ni al Córdoba ni al central les interesa. Bijimine tiene dos años más de contrato y su situación extradeportiva no ayuda a que haya equipos dispuestos a pagar por él. Recientemente ha cambiado de agente, y fuentes de su entorno aseguran que esperan a conocer de primera mano las intenciones del club para empezar a mover su salida.

Ni a Bijimine ni al Córdoba les interesa que se alargue una marcha que sin embargo se cocerá a fuego lento. Porque para que lleguen más fichajes a lo largo del verano, primero hay que abrir la puerta de salida.