El ascenso a la máxima categoría de Jaime Castrillo, Sergio Samitier y Fernando Barceló, que se unen a Jorge Arcas, va a suponer que el pelotón ciclista internacional en 2018 cuente con cuatro aragoneses donde van a tener que asumir el difícil reto de recoger el testigo dejado por Ángel Vicioso.

Jaime Castrillo acompañará al ya veterano Jorge Arcas, que arrancará su tercera temporada en la elite, en el Movistar Team, único equipo español de la máxima categoría, la World Tour, mientras que Sergio Samitier y Fernando Barceló lo harán también como compañeros pero en el de categoría continental Euskadi Basque Country-Murias.

Por sus sobresalientes resultados en la categoría sub-23 así como en las inferiores, donde entre todos ellos han acumulado varios títulos de campeones de España en ruta y contrarreloj, Copa de España, vueltas e innumerables clásicas, estos cuatro deportistas presentan el mejor aval y conforman la mejor generación de aragoneses que ha alcanzado nunca la elite ciclista.

Un grupo tan nutrido de aragoneses solo ha coincidido a principios de los años 2000 del pasado siglo con Ángel Vicioso, David Cañada, José Miguel Elías, Jorge García y Sergio Pérez, todos ellos ganadores de al menos una prueba salvo Pérez.

Ahora a los cuatro les corresponde confirmar su valía en el sitio más difícil, donde cada victoria vale su peso en oro y donde es tremendamente complicado alcanzar galones que permitan aspirar a algo más que ser un gran trabajador o gregario para el equipo, algo que casi siempre ha sido muy difícil para los "maños".

Tanto los tres debutantes en la elite, como Arcas que renovó por dos años, tienen contrato con sus respectivas formaciones hasta 2019, aunque no es algo que les otorgue tranquilidad porque, según reconoce cada uno de ellos en declaraciones a EFE, su ambición y su reto es "ser útil al equipo desde el primer kilómetro de competición y llegar en condiciones de hacer las cosas lo mejor posible desde el primer momento".

La salida del pelotón internacional de Ángel Vicioso (Katusha Alpecin), tras diecinueve temporadas en la elite, supone que Aragón ha dicho adiós a su ciclista más laureado de la historia con 28 triunfos, de los que se quedan lejos ciclistas como Fernando Escartín, con 16 victorias aunque en su haber el de Biescas tiene podios en el Tour de Francia y la Vuelta a España, o el ya lejano Carlos Hernández (10) o el tristemente desaparecido David Cañada, con 6.

Todos ellos proceden de tierras altoaragonesas, Arcas (1992) de Sabiñánigo, Castrillo (1996) de Jaca, Samitier (1995) de Barbastro y Barceló (1995) de la capital Huesca, lo que les ha servido para convertirse en compañeros habituales de pedaladas, reconocerse como amigos y de las virtudes que atesoran y que consideran van a permitirles dar que hablar y lucirse en el futuro próximo.

Jorge Arcas y Jaime Castrillo ya tienen prácticamente cerradas sus maletas para emprender viaje a Australia el próximo 7 de enero, donde darán sus primeras pedaladas competitivas de la temporada, aunque sus entrenamientos ya los comenzaron a finales de octubre y principios de noviembre respectivamente.

También para ese mismo 7 de enero, Sergio Samitier y Fernando Barceló, que acumulan en sus piernas un número similar de kilómetros al de sus amigos de Movistar, tienen preparados sus bártulos porque están citados por el director de la formación, Jon Odriozola, en Benidorm para la primera concentración del equipo que se prolongará hasta el día 15.

En tierras alicantinas los Murias marcarán la primera parte del calendario para todos sus componentes, así como los primeros objetivos, y tanto Samitier como Barceló, aunque reconocen que "todavía no me han dicho nada", se ven los últimos días de ese mismo mes de enero debutando en competición oficial en la Challenge de Mallorca, compuesta por un total de cuatro pruebas.

Para el conjunto vasco hacerse con una de las cuatro invitaciones para equipos de fuera del World Tour que tiene la Vuelta a España para conformar el pelotón de 22 que tomará la salida en Málaga el 25 de agosto es la ambición y para ello deberán demostrar desde el primer kilómetro que pueden estar a la altura de la exigencia que requiere un escenario así.