Sigilosamente, sin hacer ruido, casi sin levantar la mano, como quien no quiere la cosa, Nico Edet, un francés de Le Mans y del equipo Cofidis tomó en Igualada, ciudad lluviosa, el mando de la Vuelta gracias a una fuga, que peleó con carácter en las cuestas de Montserrat por la victoria, en un día marcado por la llluvia y con los grandes aspirantes a la victoria, sobre todo el cuarteto de los cuatro magníficos (López, Roglic, Valverde y Quintana), pensando en la dureza de Andorra.

Hizo la Vuelta un fugaz paso por Cataluña, de Valls a Igualada, con Monserrat de por medio. Todos sabían que sería una jornada para fugas, para que unos cuantos recuperasen tiempo, se dejasen ver o tratasen de resituarse en la general de la carrera. Más de una veintena de ciclistas, representantes de casi todos los equipos. Y, allí, rodando de forma silenciosa, se colocó Edet, el mismo ciclista que en el 2013 conquistó la clasificación de la montaña en la prueba, la que aquel año ganó Chris Horner, un cuarentón, mucho más mayor que Valverde.

ABANDONO EN EL TOUR

Edet era el mismo corredor que abandonó el pasado Tour entristecido, en los primeros días. Cuando la salud no respeta al ciclista no hay nada que hacer: vómitos y fiebre. Pero enseguida supo que, en compesación, correría la Vuelta. Por segundo año consecutivo, un ciclista del conjunto Cofidis, donde corren los españoles Jesús y José Herrera y Luis Ángel Maté, se afianza en la primera plaza de la carrera, justo una temporada antes de que el conjunto francés más español que hay, empiece a pensar a moverse en el pelotón entre los grandes bloques del ciclismo, gracias al fichaje de Elia Viviani, posiblemente el mejor velocista de la actualidad y algunas incorporaciones que aún están por llegar, incluso podría ser algun corredor español.

Fuga que vio, como el pelotón que se presentó en Igualada a más de siete minutos, el brutal cambio de temperatura que se produjo durante la etapa. Salieron de Valls, con un calor terrible, a más de 30 grados, y cuando empezó a llover en Montserrat, con su descenso muy peligroso, el termómetro bajo hasta 14 grados.

Todos aquellos que piensan en la general rodaron pensando en los montes de Andorra. No así el alemán Nikias Arndt que ganó al esprint al voluntarioso ciclista del Caja Rural, Alexander Aramburu, que pecó de inexperiencia al salir a todos los cortes que se produjeron en Montserrat, en vez de conservar fuerzas para el esprint final tal como hizo el ganador en Igualada.

La batalla de la Vuelta se reserva para Andorra y su extraordinario menú de montañas con Ordino, La Gallina, La Comella, la subida al lago de Engolaster -incluido un tramo sin asfaltar- y la subida final hasta la meta de Els Cortals d'Encamp, una oportunidad para que Superman, Valverde o NairoSuperman busquen las cosquillas a Roglic pensando, sobre todo, en la trascendental contrarreloj del martes en Pau, tras el descanso previo en la ciudad francesa. Allí el ciclista esloveno del Jumbo es el favorito y con la idea de atizar a sus rivales antes de afrontar las etapas más cercanas al Cantábrico.