La situación no es nueva, aunque sí han variado considerablemente las circunstancias. Hace tres temporadas, el Córdoba y el Córdoba B se peleaban por salvar la categoría en Primera y en Segunda B. Ninguno de los dos lo consiguieron. Desde esta jornada, por primera vez en lo que va de temporada, el primer equipo y el filial -equipo dependiente- ocupan puestos de descenso en sus respectivas categorías, Segunda A y Segunda B, con la caída en cascada que supondría que el primer equipo descendiese y que el B salvase la categoría.

Entonces, en el 2014, se provocó un curioso cambio de banquillos. José Antonio Romero dejó de ser entrenador el filial para ocupar el puesto de un Miroslav Djukic que dejaba al Córdoba prácticamente desahuciado en Primera. Poco mejor le dejaba Romero el filial a Carrión que, pese a sumar buenos resultados, no logró salvar la categoría. Ahora, el técnico catalán ya lleva 10 jornadas al frente del primer equipo y, en caso de caer ante el Alcorcón, se convertiría en el peor entrenador de la categoría en la última década.

Poco mejor le está yendo a Carlos Losada en la categoría de bronce. Dejó a su juvenil peleando por la segunda plaza para hacerse cargo de un filial que peleaba por la salvación, con mejores actuaciones fuera de casa que ante su afición. Con el que fuera segundo entrenador del Córdoba en Primera División, el filial tan solo ha logrado 9 puntos de 30 posibles. Con tal bagaje, y después de haber ocupado el puesto de play-out durante siete jornadas no consecutivas, ha caído al descenso.

De Primera a la salvación

El primer equipo, por su parte, suma ya dos jornadas consecutivas en puestos de descenso. El objetivo vendido durante la campaña Y déjate de pegos, aunque luego se matizó en que el objetivo de ascender venía derivado de la propia competición por pisar Primera, no solo no se está cumpliendo, sino que se ha visto muy variado. Sin reconocimiento de error ni fe de errata, el club pelea ahora por salvar la categoría. Desde el 2009 el Córdoba no se veía abocado a luchar por la salvación en la categoría de plata. El año de Primera, salvo en el mes de enero, ni tan siquiera estuvo metido en esa pelea por la permanencia.

En lo que respecta al 2017, el Córdoba es el peor equipo de la categoría en Segunda División. El técnico ha modificado todo («demasiado», llegó a reconocer él mismo), pero sigue sin dar con la tecla. En la memoria colectiva, el mercado de invierno que se dejó escapar porque no había nada que mejorase lo que hay en la plantilla y eufemismos similares. Y, con algo más de perspectiva, el desmantelamiento de un equipo que, al menos, y como premio de consolación, disputó una promoción de ascenso. Lo mejor de aquel equipo dejó cinco millones de euros a la propiedad.

Club solvente

Cuando se le preguntó al presidente del club, Alejandro González, por la situación financiera de la SAD, el más joven de los presidentes de la LFP aseguró que era sólida e incluso se mostró sorprendido por el revuelo que había generado el reparto de dividendos pues, a su entender, solo tendría sentido ese revuelo si se viese perjudicada la inversión en lo deportivo. Pues bien, el club blanquiverde fue el que menos recursos económicos dedicó a su plantilla en la 15/16. De momento, resulta evidente que lo invertido para la presente temporada no llega ni al mínimo para salvar las categorías y, así, el club tiene a sus dos principales equipos en números rojos.