La tragedia del Chapecoense cumple un año. La noche del 28 al 29 de noviembre de 2016, el avión que llevaba la delegación del modesto club del sur de Brasil a su primera final continental, la de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional, se estrellaba en las inmediaciones de Medellín. Se había acabado el combustible. Hubo 71 muertos.

Solo había seis supervivientes, entre ellos los jugadores Jackson Follmann, Alan Ruschel y Neto. El trío es hoy el paradigma de uno de los valores más apreciados en un país donde más de la mitad de la población vive en la pobreza: el de no rendirse nunca.

Los tres jugadores supervivietes

El 'Chape' quiere los tres vinculados vitaliciamente. Follmann, ahora con 25 años, nunca volverá bajo los palos. Le amputaron la pierna izquierda por debajo de la rodilla. Es embajador del club. En breve, empezará un curso de gestión deportiva. Su sensibilidad cautiva a sus compatriotas, que se emocionaron al verlo subir al altar el 20 de octubre, en la catedral de Chapecó, en una ceremonia que tendría que haberse realizado el 16 de diciembre del año pasado.

Por su parte, la historia de Ruschel irá vinculada para siempre al Camp Nou, donde volvió a vestirse de corto, el 7 de agosto, en el torneo Joan Gamper. Salió de titular, con el brazalete de capitán, y jugó 36 minutos. Se llevó la ovación de los 65.000 espectadores y la camiseta que Leo Messi le entregó en el descanso.

Messi intercambia su camiseta con Ruschel en el Gamper. /JORDI COTRINA

El lateral derecho, de 28 años, reestrenó, en competición oficial, el 13 de septiembre ante el Flamengo. Acumula cinco actuaciones en la recta final del Brasileirao. El Chape pretende comprar sus derechos al Internacional, de Porto Alegre, y ofrecerle tres años de contrato. Para él, lo primero es mantener la dignidad. "No quiero que nadie se apiade de mí, busco el respeto jugando profesionalmente y si no rindo aquí lo haré en otro lugar", afirma.

El testimonio de Ruschel y las palabras de incentivo de Follmann guían al central Neto, obsesionado en volver en el 2018. Aún le queda un largo camino. Siente dolores lumbares y con el ligamento posterior de su rodilla derecha estabilizado, los galenos del club se plantean una operación, que alargaría su recuperación en seis meses más. "Me han asegurado que puedo volver a jugar y no voy a desistir, me agarraré con todas mis fuerzas a esta segunda oportunidad que la vida me dio", explica.

Mural con el rostro de las víctimas

El 'Chape' recordará su peor pesadilla. Lo hará con discreción. "Nuestros eternos campeones merecen todos los homenajes, pero, es necesario tener respeto, la simplicidad transformará en gigante las pequeñas acciones", explica el club en un emotivo comunicado.

El Arena Condá permanecerá abierto a los 'torcedores' para que expresen espontáneamente sus sentimientos. Los próximos días, se inaugurará un mural de un artista plástico local, en el estadio, con el rostro de los 64 brasileños fallecidos.

Indeminaciones pendientes

La no-organización de un gran evento nada tiene que ver con el malestar de familiares por el impago de indemnizaciones, consecuencia de la lentitud de las investigaciones en Bolivia, de donde era el avión accidentado de la compañía LaMia.

Para minimizar el impacto emocional del día exacto de la tragedia, a principios de mes el club organizó un evento privado. Así es el 'Chape', que, en su proceso de reconstrucción, ha optado por mantener las esencias, driblando espectáculos mediáticos.

Por eso, en lugar de aceptar el ofrecimiento de los exblaugranas Ronaldinho, Riquelme y Gudjohnsen para jugar gratuitamente, el ‘Verdao do Oeste’ apeló a las esencias para empezar casi de cero.

Permanencia por méritos propios

El club declinó la inmunidad de tres temporadas para evitar el descenso a la Serie B. Era una decisión arriesgada, para quien apostó por un proyecto sobrio, con retales de cedidos. Y 15 días atrás, con cuatro jornadas de antecedencia, el 'Chape' se ganó la permanencia por méritos propios. Se celebró como si fuera un título.

La temporada fue larga y dura. Remitió a la de 2014, la del debut en la Serie A, puesto que hasta cuatro técnicos han pasado este curso por el banquillo del 'Chape', una práctica al orden del día en el inmediatismo en el que navega el fútbol brasileño.