El COI (Comité Olímpico Internacional) no tendrá clemencia de Rusia. Ni una contemplación. Tolerancia cero del organismo internacional hacia el dopaje. No importa que los culpables sean uno de los grandes gigantes del deporte mundial, la todopoderosa Rusia que este miércoles, en Moscú, buscó desesperadamente, como el equipo que trata de empatar en el último minuto con todos los efectivos sobre la portería rival, medidas de urgencia para calmar a los organismos internacionales.

Sin embargo, Thomas Bach, presidente del COI, no quiere que el asunto se le escape de las manos y que un acto de clemencia sobre Rusia se interprete como un gesto de fragilidad en lo que supone el mayor escándalo de dopaje del deporte mundial; el descubrimiento por parte de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) -organismo dependiente un 50% del COI y otro 50% de los gobiernos de todo el mundo- de un entramado de dopaje organizado. Un complot con el supuesto visto bueno de las autoridades rusas, con la destrucción masiva de pruebas analíticas y con minuciosos programas de mejora médica que ni los grandes gurús mundiales, con Eufemiano Fuentes a la cabeza, habrían sido capaces de mejorar.

Bach aseguró ayer la firme decisión del COI de retirar todas las medallas a los deportistas rusos dopados. «Las medallas serán retiradas por el COI, redistribuidas y entregadas a otros atletas», reiteró el presidente del COI, quien confirmó su convencimiento de que la IAAF (Federación Internacional de Atletismo) «excluirá a los deportistas y entrenadores rusos que hayan violado las reglas antidopaje. Todos los atletas que hayan logrado medallas en Londres o en Juegos anteriores haciendo trampa serán descalificados».

Rusia se encuentra en un callejón sin salida, con fuertes críticas mundiales -las autoridades estadounidenses fueron las primeras en pedir, no solo la exclusión del atletismo, sino de todo el deporte ruso- y pendiente de la reunión del viernes de la IAAF, en la que se tratará como punto principal la suspensión de la federación rusa. Entre los miembros que votarán la resolución se encuentra Mijail Butov, que representará a su país, como secretario general de la federación atlética, en este encuentro excepcional presidido por Sebastian Coe. «La suspensión penalizaría a nuestros atletas, lo que ocasionará un problema mayor aunque somos conscientes de que tenemos un problema con el dopaje», dijo Butov, quien ya anunció su voto negativo a la probable resolución de la IAAF,

REACCIÓN DE PUTIN Vladimir Putin, presidente de Rusia, informa Marc Marginedas, se reunió en el Kremlin, por espacio de varias horas, con los máximos dirigentes de las federaciones deportivas de su país. Al término de la reunión Putin informó que se abría una investigación interna, a la vez que pidió mano dura contra los responsables del escándalo. «Alguien debe responsabilizarse del escándalo en el atletismo ruso. Rusia tiene que prestar una mayor atención para erradicar el dopaje. Y lo debe hacer con el máximo esfuerzo». Putin, en una intervención televisiva, pidió a las autoridades deportivas de su país que colaboren al máximo con los responsables mundiales de la lucha antidopaje.

Vitaly Mutko, ministro de Deportes, anunció las primeras decisiones de su Gobierno: medidas penales para los deportistas que apuesten por el dopaje, nuevas y más rigurosas reglas para buscar las sustancias y métodos prohibidos y un especialista extranjero para ponerse al frente del clausurado laboratorio antidopaje de Moscú. «Si nos excluyen de los Juegos de Río -añadió el ministro Mutko- solo se desharán de un competidor importante y contaminarán la imagen de mi país».