El Córdoba de la 2017/18 comienza a perfilarse, al menos en el aspecto de sus salidas. A falta de confirmación oficial, Abel Moreno, Samu de los Reyes y Piovaccari dejarán de pertenecer al club blanquiverde, que por otro lado se encuentra con algunos puestos con exceso de fichas, como el centro del campo, y otros con graves carencias, como los extremos.

Por ello, el tipo de sistema y de fútbol que consiga implantar Luis Miguel Carrión dependerá mucho de cuáles sean los refuerzos que la dirección deportiva acometa, y de los futbolistas que sigan abandonando la nave blanquiverde. Así, el técnico barcelonés dejó claro en su última rueda de prensa de la temporada que Aguza «tiene una cláusula para renovar automáticamente y, si no pasa nada, es jugador nuestro». Sobre Javi Lara, cuyo fichaje en el mercado de invierno fue fundamental para la salvación, convirtiéndose en el organizador del equipo, también fue meridiano: «Javi Lara considero que es un jugador espectacular, siente los colores, y por eso tenemos que hacer lo posible para que se quede aquí».

EL CENTRO DEL CAMPO

Y es que el centro del campo con el que cuente Carrión será clave para el tipo de sistema que monte para la próxima campaña. En la que acaba de terminar, por ejemplo, probó prácticamente todas las variantes tácticas existentes, desde el 4-2-3-1 pasando por el 4-1-4-1, el 4-4-2 e incluso el 5-3-2, con Pedro Ríos de carrilero derecho. Finalmente, en el último cuarto de temporada, logró armar un bloque más o menos titular, en el que Edu Ramos hacía la raya, y Aguza y Javi Lara, más adelantados, surtían de balones a los atacantes y llegaban desde atrás, en un claro 4-1-4-1 en el que Javi Galán, con mucha libertad y asociación con los dos mediocentros, brilló especialmente.

Y esta es la idea de Carrión, que quiere por todos los medios mantener tanto a Aguza (que con la cláusula de renovación automática solo falta confirmación oficial para que sea jugador del Córdoba por un año más) como a Lara. Si lo consigue, ambos serán los organizadores del equipo. Sin embargo, esa zona del campo es una de las que tiene exceso de fichas. Con las renovaciones de Markovic y Alfaro, además de Edu Ramos, Luso, Borja Domínguez (aún es cordobesista) y los canteranos Esteve y Ortega, las cuentas no salen, por lo que habrá que aligerar la nómina de mediocampistas.

No obstante, la idea futbolístitica de Carrión es la que ha repetido machaconamente en prácticamente todas las ruedas de prensa como entrenador del Córdoba. «Tener el balón», «construir desde la posesión», «robar arriba», «ser protagonistas». En definitiva, un equipo con laterales de recorrido, extremos que tengan capacidad de encarar y de sacar buenos centros, y delanteros con movilidad y asociación.

Posiblemente en esa última faceta es en la que el Córdoba deba mejorar más. Las cifras goleadoras del equipo dejaron mucho que desear, con 42 goles en Liga, solo uno por partido, y sin la aportación de jugadores de segunda línea (excepto Alfaro) ni un delantero goleador como en el pasado lo fue Florín Andone (Rodri, el máximo goleador, marcó 11).

Por eso, muchas de las ambiciones y del tipo de juego que el entrenador barcelonés quiere desplegar depende de cuánto se rasquen el bolsillo en la planta noble del Córdoba. En la rueda de prensa tras el partido ante el Girona, Carrión dijo que «el próximo año habrá cinco o seis jugadores del filial» con el primer equipo, y que ello servirá para que los refuerzos puedan ser «más determinantes». Pocos, pero de calidad, es la idea. Y la zona de refuerzo prioritario del equipo es el ataque. Actualmente solo tiene contrato con el club Quiles, que viene del filial, por lo que la contratación de dos delanteros (o de uno y la renovación de Rodri) es urgente.

Dependiendo del nivel que ofrezca el o los puntas que se traigan, el juego ofensivo, de posesión y de presión adelantada de Carrión tendrá mayor o menor éxito. Un 4-1-4-1 con bandas profundas y dos mediocentros con llegada necesita de un delantero que sea referencia, que fije a los centrales, pero que a su vez tenga movilidad y velocidad. En definitiva, un killer . Si el club acaba optando por delanteros de menor entidad, tal vez la idea de Carrión cambie. Porque si algo ha demostrado, es que sabe experimentar sistemas distintos.