Cómo que no has ido a los toros este año?, me preguntaba un compañero nada más entrar a El Arcángel. Un estadio que dejó ayer de ser de plata ante un equipo que será de oro la próxima temporada, un Osasuna que poco tuvo que hacer para anotar tres goles y después se dejó llevar. Total, la presencia en la grada tampoco motivaba en exceso, ni a unos ni a otros. El club ofreció una cifra de poco más de 2.000 almas y a escasos metros, cualquier calle del Real de la Feria sumaba más público que el que acudió a despedir del fútbol profesional a un estadio que no mereció, nunca, lo que tuvo que albergar, lo que tuvo que soportar durante esta temporada.

De ahí que resultaba un plan mejor cualquiera, incluida la visita a Torrente 5, el Vikingo o el Ratón Vacilón, antes que aguantar el enésimo pestiño. De hecho, todos aquellos acertaron, porque antes del cuarto de hora el Córdoba ya perdía por 0-2, gracias a los goles de Xisco -que pidió perdón a la grada ante la mirada de sus adversarios, irónico- y de Brandon, de penalti cometido sobre él por Fernández.

Lógicamente, si poco interés despertaba el encuentro, el marcador terminó por desconectar hasta a la cuadrilla que se dio cita en el fondo sur solamente para meterse con el presidente, con el palco, con los jugadores y... Nada más. Cuando se desahogaron, desaparecieron. Allí no se les había perdido nada, con razón, y era mucho más atractiva la Feria. En realidad, cualquier cosa era más atractiva que lo que se contemplaba allí.

Nada más empezar la segunda mitad, el Osasuna anotó el tercero y, a partir de ahí, pensaba más en lo que se oía fuera, en la Calle del Infierno, en la música de las casetas, que en lo que ocurría sobre el césped. Tenía el ascenso asegurado, con tres goles de ventaja, también el campeonato de Segunda División y, justificadamente, solo pensaba ya en festejarlo por segunda vez. ¿Qué mejor sitio que en la Feria de Córdoba?, pensarían Xisco y sus amigos.

Y justo ahí, los navarros dejaron que el Córdoba realizarse una faena que, si no fue aseada, al menos podía dejar un marcador menos indigno, aunque fuera en el último encuentro de plata. Ya se sabe, las estadísticas son las estadísticas, así que Alfaro anotó el primero para los locales y Piovaccari firmó el último gol del Córdoba en el fútbol profesional hasta sabe Dios cuándo.

Los mensajes llegaban desde Los Califas. Fino parecía que había estado bien, la plaza tuvo una gran asistencia, los mensajes continuaban llegando. Que si dónde estaba, que qué hacíamos en el fútbol, que había sido una buena tarde allí, que para una vez que la cosa estaba interesante qué hacía perdiendo el tiempo. En fin... Anoche tocó una capea para la despedida de El Arcángel.

Ficha técnica:

Córdoba: Carlos Abad, Fernández, Luis Muñoz, Chus Herrero, Álex Menéndez, Vallejo, Bodiger (Moyano, min. 74), Alfaro, Quim Araujo (Andrés Martín, min. 59), Javi Lara y Piovaccari (Carbonell, min. 86).

Osasuna: Sergio Herrera, Lillo, David García, Aridane, Clerc, Olavide (Kike Barja, min. 69), Luis Perea, Nacho Vidal, Brandon, Rubén García (Aimar Oroz, min. 89) y Xisco (Javi Martínez, min. 82).

Árbitro: Areces Franco (Comité Asturiano). Amonestó con tarjeta amarilla al local Luis Muñoz y al visitante Rubén García.

Goles: 0-1, min. 10: Xisco. 0-2, min. 13: Brandon, de penalti. 0-3, min. 54: Luis Perea. 1-3, min. 59: Alfaro. 2-3, min. 74. Piovaccari.

Incidencias: Partido correspondiente a la cuadragésimo primera jornada del campeonato nacional de Segunda División, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 2.313 espectadores.