El Córdoba quiere seguir creyendo en la permanencia, que tiene actualmente a nueve puntos, la diferencia que le separa del Lugo, el primero de los equipos de Segunda fuera de los puestos de descenso.

Para ello, para agarrarse a esa piedra que se atisba en la lejanía, pero aún visible, el equipo blanquiverde necesita que las sensaciones mostradas en Cádiz y, dos semanas antes, ante el Málaga, se traduzcan en puntos. Utilizando las palabras de su propio entrenador, Rafa Navarro, el Córdoba se juega «la Liga» en «tres o cuatro partidos que llegan ahora». El primero de ellos, hoy a las 12.00 horas ante un Mallorca que llegará crecido, contando sus tres últimos partidos por victorias y peleando muy en serio por meterse en el play-off de ascenso. Hace solo un año, el equipo bermellón sufría en sus propias carnes aquello que el Córdoba quiere evitar, el paso por la Segunda División B.

Por tanto, el equipo cordobesista busca una victoria de prestigio, de postín, ante un rival que no solo suma 10 victorias más que los hombres de Rafa Navarro en lo que va de temporada, sino que además maneja un caudal ofensivo importante y tiene un estilo alegre y ofensivo muy definido.

LA VICTORIA COMO ANHELO

Pero ante todo, el Córdoba anhela una victoria que permita que su corazón vuelva a latir y que la permanencia, teórica y matemáticamente aún posible, vuelva a parecer alcanzable. Por la vía de los hechos, el equipo blanquiverde debe dar un golpe encima de la mesa y aferrarse al desfibrilador que encienda su pecho y haga que su afición vuelva a creer en la remontada, la segunda en dos temporadas consecutivas.

Rafa Navarro reconoció en la rueda de prensa del pasado viernes que «que la temporada pasada se rodeó todo de un clima de mucho positivismo y la afición nos dio un plus», algo que «ahora mismo no estamos en predisposición de pedirle». Pero acto seguido solicitó a la hinchada blanquiverde que «venga el domingo (por hoy) a animarnos, porque «si El Arcángel se llena jugamos con un jugador más, y para nosotros es fundamental».

Pero para que la afición se enganche de nuevo al Córdoba este debe darle razones de peso en forma de victorias. Para ganarle hoy al Mallorca, el técnico de los blanquiverdes ha realizado una convocatoria similar a la de la pasada jornada, intentando rescatar lo positivo que se hizo en el Ramón de Carranza. Las dos novedades son Carrillo y Blati Touré, que regresan de sus estancias con sus selecciones nacionales. Los damnificados, Neftali y Javi Lara, que verán el partido en su casa o desde la grada.

SIN CAMBIOS EN DEFENSA

En portería, pese a que sigue sin estar al nivel demostrado en la primera vuelta, volverá a ser titular Carlos Abad. No se esperan cambios en la línea defensiva, por lo que Fernández, Quintanilla, Miguel Flaño y Menéndez volverán a ser de la partida. El Córdoba debe dejar de regalar goles a sus rivales, algo que ha sucedido en las últimas jornadas. En Cádiz fueron Quintanilla y Abad los que no se entendieron en un balón dentro del área, acabando la jugada con el central vasco marcándose en su propia portería.

CARRILLO O PIOVACCARI

A no ser que jugase al despiste en su comparecencia del viernes, Navarro certificó que Andrés Martín, De las Cuevas y Jaime Romero partirán por detrás del punta. Bodiger y Luis Muñoz serán nuevamente los encargados de mover el centro del campo, mientras que la principal duda en el once está en la delantera. Carrillo vio portería ante el Sporting, antes de marcharse con Filipinas, mientras que Piovaccari le sustituyó hace una semana y también marcó, en su caso en Cádiz. Cualquiera de los dos podría ser de la partida, aunque no está previsto que entren ambos y dejen fuera a alguno de los mediapuntas, ya que no hay otro delantero que pueda relevarles desde el banquillo.

El Mallorca, por su parte, llega al estadio El Arcángel con 19 jugadores convocados, entre ellos el cordobés Raíllo, y con la duda hasta última hora de Idrisu Baba, que sufre una gripe pero ha viajado desde la isla mediterránea.

Arbitra López Toca, del Comité Cántabro.