Tres jornadas después, el Córdoba CF volvió a ganar. En esta ocasión, de la mano de Raúl Agné, aunque el de La Franja no se sentó en el banquillo por las dudas sobre una sanción que tuvo su origen, precisamente, en El Arcángel, hace ya más de dos años.

Pedir tranquilidad en el Córdoba CF es como hacerlo en estos momentos al oeste de Mequinenza, pueblo natal del técnico blanquiverde. En caso de empate o derrota, la crisis abierta y sangrante está ahí. En caso de triunfo siempre se le verán lunares. El nivel de exigencia está señalado en ese punto y con ese listón se ha de aprender a convivir, al menos, durante varias semanas. No queda otra.

Pero luego está la realidad, por comparación. Más allá de las exigencias y de las sensaciones, el Córdoba CF que reinició ayer la competición de la mano de Agné transmite pinceladas que, en caso de confirmarse, podrían valerle al conjunto blanquiverde para estabilizarse. La estabilidad la dan los resultados y, una vez lleguen estos, habrá tiempo de hablar de la manera en la que llegan. Por ahora, el triunfo ante el San Fernando es más que válido, incluso en la forma, si me apuran, aunque lógicamente haya mucho que hacer por delante.

Pero este Córdoba CF, para empezar eliminó de golpe un aspecto doloroso, mostrado a lo largo de casi tres meses: no se partió en ningún momento de los 90 minutos de encuentro. Hizo un amago de abrirse en canal después del regreso de vestuarios, allá por el minuto 60. Pero se quedó solo en una apariencia. Posiblemente, mucho tuvo que ver en ello Fidel Escobar. El panameño realizó un encuentro de lo más serio que se recuerda en tiempo. No solo porque dio dos asistencias de gol, desaprovechadas lastimosamente por los delanteros cordobesistas, sino porque defensivamente dio un empaque del que se benefició el equipo en general y sus centrales en particular. Baste como ejemplo el encuentro de Fernando Román, prácticamente apartado durante lo que se lleva de campeonato, y que fue de lo más destacado, también, del conjunto blanquiverde.

Otro aspecto que gustó de este Córdoba CF fue el poco espacio entre líneas, con el único punto gris en ese espacio de tiempo que se mencionó anteriormente, en el que los delanteros quedaban demasiados metros por delante de su línea de mediocampo. Pero en general, el sistema defensivo del equipo mejoró con respecto a anteriores citas. Por supuesto que hubo dudas -sobre todo en los costados-, pero el Córdoba CF no transmitió esa fragilidad, esa sensación de que con un aire le daría una neumonía, tan habitual en muchos partidos anteriores en esta Liga.

PRESIÓN ALTERNATIVA / Interesante esa presión en línea de tres cuartos que practicó de manera alternativa, sobre todo en el primer acto, mientras había piernas. Fruto de ella, precisamente, llegó el tanto de la victoria. Novaes fue el que buscó el gol, pero en cualquier caso, el rechace lo aprovechó Zelu para anotar su segundo tanto de la temporada e insuflar serenidad al conjunto blanquiverde.

La mejor ocasión de los visitantes llegó en el minuto 27, con un balón que Pedro Ríos, solo ante Isaac Becerra, dio tiempo al catalán para tocar la pelota lo justo para no poder empujarla a la red. El control del balón era del San Fernando, aunque las ocasiones brillaban por su ausencia. El Córdoba CF se adaptó bien a esa situación de dejar hacer y salir al contragolpe o, en su defecto, a robar en línea de tres cuartos y realizar ataques cortos. Llegaron ocasiones de Owusu (min. 17), Imanol (min. 29), Fernández (min. 35) y, sobre todo, una de Owusu, al que Fidel dejó solo ante Rubén Gálvez, aunque el ghanés no supo resolver.

AMAGO TRAS EL DESCANSO / Tras la vuelta de vestuarios, el escenario no cambió demasiado, aunque el Córdoba CF hizo ese amago que se mencionó antes. No fue a más tanto por la virtud cordobesista como por el defecto del San Fernando. Los pupilos de Tito García Sanjuán -ayer de Pol Lorente- dieron muestras también de que el partido empezaba a hacérsele largo. Y volvieron a aparecer las ocasiones para los locales. La más clara, en el minuto 60, con un robo de De las Cuevas que finalizó con un pase, dentro del área, a Novaes. El disparo del brasileño fue rechazado con las piernas por Rubén Gálvez cuando en la grada ya se cantaba el gol.

A medida que el San Fernando iba perdiendo fuelle, más se entregaba en los brazos -en las piernas- de Omar Perdomo, el mejor de los suyos en El Arcángel. El extremo lo intentó de todas las maneras. Intentando sorprender a Isaac Becerra en el primer palo (min. 58), perfilándose para buscar la escuadra, sin éxito (min. 67), buscando el remate de cabeza de Ferrón (min. 82) y, siempre, generando peligro para el área blanquiverde, aunque sin encontrar nunca el camino del gol.

Por su parte, el Córdoba CF tuvo aún más ocasiones para finiquitar el duelo y calmar el corazón de la grada. Pero sin éxito. Un trallazo de Fidel Escobar desde más de 30 metros (min. 71) fue desviado con los dedos, abajo, por Rubén Gálvez, aunque el colegiado señaló saque de puerta. Otra llegada blanquiverde, con Owusu ya acusando el esfuerzo físico, también mereció el gol tranquilizador (min. 72). Y, finalmente, otra aparición en el área de De las Cuevas (min. 78) dejó claro que una de las tareas pendientes de este Córdoba CF se centra en el remate, en la resolución en los últimos metros, en eso que tanto cuesta y tanto vale.

En lo demás, el primer paso de este Córdoba CF bajo la mano de Raúl Agné dejó buenas sensaciones en líneas generales, aunque con mucho aún por hacer.