Finalmente Brasil sacó músculo. Liquidó a Perú 5-0, quedó primero en el Grupo A y se perfila como protagonista excluyente de la Copa América. Después de dos partidos en los que habían exhibido una imagen fantasmal, el equipo que dirige Tité mostró mayor jerarquía de algunas de sus individualidades y mejoró el funcionamiento colectivo.

El vencedor no había comenzado bien. El público que abarrotó el Arena Corinthians debió sorprenderse ante el grado de nerviosismo que mostraron sus figuras durante los primeros minutos. Perú parecía más asentado. Tocaba y tocaba el balón ante el desconcierto de los brasileños. A los nueve minutos ya tenía a Casemiro con una tarjeta amarilla. Le costó asentarse a los locales. Pero una vez que hicieron pie, se volvieron letales. A los 11 minutos, Coutinho tiró un lanzamiento de esquina desde la izquierda. Thiago Silva la cabeceó desde el borde del área hacia el centro y ahí estaba Casemiro para reivindicarse con su cabeza también. 1-0. El árbitro pidió el VAR y el estadio tembló. Irrumpió inesperadamente el amargo recuerdo de los dos goles anulados ante Venezuela. Sin embargo, el argentino Fernando Rapallini decretó rápidamente su validez y Brasil respiró. A partir de ese momento se disputó otro partido.

Los peruanos, derrumbados

El equipo que conduce el argentino Ricardo Gareca se derrumbó ante un escenario que no estaba en sus planes. El desorden costó muy caro. A los 18 minutos Firmino aprovechó un mal saque del portero Galesse que rebotó en su cuerpo y sentenció el 2-0. En una ráfaga, Brasil había despejado todas sus dudas. Arthur se hizo dueño de la situación. Para colmo, ganaba Venezuela a Bolivia. Ante la inesperada adversidad, la mayor preocupación de Perú fue evitar una goleada mayor y así aspirar al menos a una de las plazas que se otorgan a los mejores terceros de cada grupo.

Pero la verde y amarilla ya había mostrado sus colmillos y quería más. A los 31 minutos, Coutinho asistió a Everton quien, con un disparo fulminante puso el 3-0. El bombazo del atacante de Gremio cerró prácticamente el partido. Gabriel Jesus estuvo cerca de su diana. Sobre el cierre de la primera etapa, Alisson le sacó a Trauco el grito de gol de su garganta y la ilusión de reducir la brecha. A los 53 minutos, Alves aumentó las diferencias tras un esprint de los que solía tener en el Barcelona. Diez minutos más tarde, Arthur, la figura, amenazó con el quinto. Le tocó anotarlo a William. Y pudo ser más si Gabriel Jesús no hubiera errado su penalti. Festejos en el estadio. Brasil fue una máquina y volvió sentirse el gran candidato a la Copa América.