"E-limi-nados, e-limi-nados", se mofó gran parte del estadio Mineirao por partida doble: Brasil venció 2-0 a Argentina y puso un pie en la final de la Copa América que organiza en casa. Hizo poco pero le alcanzó para llevarse el clásico sudamericano. Dos inspiraciones, una de Dani Alves, en la primera etapa, y otra de Gabriel Jesus, cuando más apretaba la celeste y blanca, le alcanzaron para obtener el pasaporte y quitarse un peso de encima: fue en el mismo Mineirao cuando, cinco años atrás, Brasil vivió su peor pesadilla futbolística con el 1-7 alemán, también en una semifinal. "Fue un partido duro, como todo clásico pero nosotros estuvimos muy concentrados. Sufrimos pero estamos contentos. El premio fue para el que acertó", dijo Alves cuando todo había terminado.

Argentina se fue del certamen con una imagen mejorada de su penoso comienzo. Por momentos fue superior a su rival. Un cabezazo de Agüero que rebotó en el larguero ante un Alisson impotente, y un chutazo de Messi que casi parte el poste derecho, hubieran acercado al empate al equipo que dirige Lionel Scaloni. La suerte esta vez estuvo del lado contrario. Leo merecía otro cierre. Lideró al seleccionado, le dio más de un dolor de cabeza a Casemiro, dejó a Agüero en una posibilidad inmejorable de gol.

"Tenemos bronca porque hicimos un gran partido para que se termine de esta manera. Ellos no fueron superiores", dijo Leo. "Se encontraron con un gol de la nada, en una jugada aislada. Más allá de eso, intentamos siempre y tuvimos la pelota". Se lo notó muy molesto al capitán con el arbitraje del ecuatoriano Roddy Zambrano. "Dijo que estemos tranquilos, pero nos faltó el respeto con el arbitraje que hizo. Hubo tarjetas (amarillas) para nosotros, no para ellos, y jugadas claras que nunca vio. Scaloni también se quejó: el árbitro condicionó el partido. Nos comenzó a cargar de amarillas y no es lo mismo jugar así en el uno contra uno".

LOS ELOGIOS A MESSI

Esta vez hubo coincidencias en lo que se refiere a su actuación. "Messi apareció pero no fue suficiente. No fue posible anular al crack argentino, como había previsto el técnico Tite, pero los visitantes tampoco pudieron detener los ataques brasileños", dijo el diario paulista Folha. "Con Messi o sin él, el guion del clásico siempre lo firma Brasil", sentenció en Buenos Aires el diario La Nación.

El astro del Barcelona se quedó sin la Copa que anhelaba pero pudo al menos reivindicarse después de una serie de partidos opacos. "Inténtalo de nuevo, Leo. Como vos dijiste, seguí intentando todas las veces que sea necesario. Que te aguanten los que no te quieren. Que te vean cantar el himno otra vez, así, con los ojos cerrados, con la cabeza en alto, con tu corazón argentino. Que te sigan sufriendo los rivales. Que te sigan aplaudiendo los rivales. Seguí rompiendo fronteras como hiciste acá en Brasil. Seguí haciendo emocionar a todos, hasta los hinchas del adversario más eterno. Porque Argentina te necesita!", le pidió el diario deportivo Olé.

Argentina tuvo un mayor control de la pelota y se atrevió a inquietar la portería verde y amarilla con un disparo de Paredes desde 35 metros. Más allá de las enormes imprecisiones de Otamendi, hizo las cosas demasiado bien por tratarse de un equipo en formación. Pero claro, a los 18 minutos apareció Dani Alves, desparramó argentinos e inició una jugada que dejó a Grabiel Jesus en posición inmejorable para abrir el marcador. 1-0. Argentina digirió el mal trago y se recompuso con Messi a la cabeza. Un empate habría sido el resultado más justo al terminar el primer tiempo. Pero en el fútbol no cuenta la justicia sino los goles.

EL VAR CIEGO

El seleccionado argentino salió en la segunda etapa a revertir la situación. Estuvo cerca, una y otra vez, avanzó en el terreno y tomó riesgos. Un descuido fue aprovechado por Jesus quien, después de una corrida magistral dejó a Firmino solo ante Armani para que liquide el partido. Después no hubo más que hacer. Argentina se hundió en la desesperación y no hubo milagro en puertas. A Brasil solo le quedó esperar para el festejo.

A lo largo del certamen, el VAR fue implacable, especialmente con Brasil. Pero esta vez, ni Zambrano ni la parafernalia tecnológica que vigilan los partidos tuvieron ojos para dos jugadas polémicas. En la primera, Messi es derribado en las puertas del área y el juez dicta tiro libre pero, se quejaron los argentinos, pasó por alto que Alves había cometido una falta a Agüero dentro de la zona de los penales. El segundo caso fue más flagrante: Arthur embistió contra Otamendi a metros de la portería. El VAR miró hacia otro lado esta vez. Y a Messi no se le pasó por alto. "(Los árbitros) se cansaron de cobrar boludeces (estupideces) en esta Copa América y hoy no fueron nunca al VAR".

Más allá de las controversias, Brasil ganó porque supo aprovechar sus escasas oportunidades. Brillaron Jesus, Alves y también de a ratos Coutinho. Lo espera el domingo Chile o Perú, al que le anotó cinco goles en la primera parte de la Copa.