El Real Betis recibe en el primer derbi sevillano de la temporada al Sevilla (20.45 horas) en un partido marcado por lo atípico del calendario (rara vez ambos clubs se enfrentaron en el mes de septiembre) y por el distinto estado físico de los adversarios.

Los verdiblancos aún no han terminado de arrancar y su entrenador, Quique Setién, tiene dudas en varias posiciones. El capitán y estandarte Joaquín anda renqueante y no pudo jugar en los dos primeros partidos de Liga. Guardado tampoco está a un nivel óptimo. Sin embargo, el salto de calidad dado por los béticos en los dos últimos años es evidente y pone peso en una balanza no tan desequilibrada. Sergio Canales, el propio Guardado, Loren o William Carvalho son los referentes llamados a pelear ante un Sevilla que llega crecido. Los de Pablo Machín han superado tres eliminatorias de clasificación a la Liga Europa este verano y debutaron con una goleada al Rayo en Vallecas. El peligro de los sevillistas viene por su juego a balón parado y su capacidad de jugar a la contra con transiciones veloces y delanteros con gran remate. Pablo Sarabia, Jesús Navas y Muriel son los estiletes que buscarán la gloria de la victoria en el campo de su eterno rival. Y es que el Benito Villamarín lleva doce años, que se dice pronto, sin ver ganar al Betis ante el Sevilla. En este lapso de tiempo han sido varias las victorias béticas en el feudo rival, tanto en la competición doméstica como en partidos europeos. Pero la hinchada verdiblanca demanda a sus jugadores que el salto competitivo dado la pasada temporada, cuando clasificaron sextos y se metieron en Liga Europa, se refleje en una victoria ante los sevillistas. Antes de visitar San Siro en un partido que a buen seguro recordarán, los béticos quieren sumar su primera victoria de la temporada ante el Sevilla y en su campo.

El factor ambiental pesará. La afición sevillista solo ha recibido unas 600 entradas, muchas menos de las reclamadas. El Betis busca que el Villamarín sea una caldera que apriete y desequilibre el choque. Pero cuando un derbi sevillano da inicio ningún análisis sirve de gran cosa. Entran en juego factores emocionales y otros imponderables que hacen de este partido algo imprevisible. Lo mejor es que los 22 hablen sobre el césped y que nada extradeportivo enturbie la noche. Que solo se hable de fútbol y que el espectáculo sea digno de dos aficiones pasionales que disfrutarán del partido.