Mireia Belmonte no brilla en Gwangju. Pese a conseguir su mejor marca de toda la temporada, la catalana no ha podido evitar quedar la última en la final de los 1.500 metros. "He roto el hielo de las finales", ha afirmado satisfecha la catalana por su participación en la prueba.

Tras la baja de última hora de la favorita y cuatro veces olímpica Katie Ledecky por enfermedad, Belmonte entró como última clasificada a la final de los 1.500 metros y precisamente en esa posición se ha mantenido. La badalonesa ha nadado en 16:02.10 y ha quedado en octavo lugar. "Es mi mejor marca de la temporada, que está lejos de mi mejor marca, pero después de seis meses entrenando está bastante bien", ha asegurado la nadadora.

La badalonesa se había quedado fuera de la final por una posición pero con una diferencia importante respecto la octava: casi seis segundos. Esta actuación ha sido su mejor marca en el campeonato aunque Belmonte sigue preocupando para Tokio 2020. Cabe recordar que vino a Gwangju con tres meses menos de entrenamiento por los continuos contratiempos que ha sufrido.

DE MENOS A MÁS

"He ido de menos a más, como siempre", ha reconocido. Durante el final de la carrera Belmonte ha estado muy cerca de superar a la húngara Anja Kesely, que ha quedado sexta con 16:01.35, y a la australiana Kiah Melverton, séptima con 16:01.38. La italiana Simona Quadarella se hizo con el oro, como heredera del título de la ausente Ledecky.

Belmonte ha afirmado haber "luchado a tope". "Nadar la final ha sido una oportunidad muy bonita y lo he hecho con muchas ganas", ha dicho la catalana. La nadadora ya se prepara para afrontar este miércoles los 200 mariposa, la carrera en la que defiende el título de campeona.