Once jornadas le ha costado al FC Barcelona asentarse en el liderato de la Liga. La derrota del sorprendente Granada de Diego Martínez en Getafe ha dejado a los azulgranas en cabeza de la clasificación por primera vez desde que se inició el campeonato. Habría que remontarse al año 2010 para encontrar una temporada en la que el Barça tardara tanto en llegar a lo más alto (en aquella ocasión se puso líder en la jornada 13 y ya no abandonó esa posición hasta el final). Con 22 puntos (y un partido menos), el equipo de Ernesto Valverde capitanea una competición en la que apenas tres puntos separan al primer clasificado del sexto lugar (el último que da acceso a una plaza europea), que ocupa la Real Sociedad. Entre las cinco grandes ligas del continente, ninguna está resultando tan reñida.

Esta última circunstancia viene a desmentir el tópico europeo que presenta a la Liga española como un duopolio sin demasiado interés en el que el Atlético de Madrid lleva unos años ejerciendo el papel de tercero en discordia. En la Premier, que suele ponerse como ejemplo de competición disputada, la diferencia entre el líder, el Liverpool, y el sexto, el Crystal Palace, es de 13 puntos (con una jornada menos). En la Ligue 1 francesa, donde el PSG ejerce un dominio tiránico, la brecha es de 10 puntos, dos más que en la Serie A italiana, en la que la Juventus mantiene su hegemonía aunque con más apuros de lo habitual, ya que el Inter de Milán le pisa los talones.

Más ajustado es el panorama en la Bundesliga, donde, después de nueve jornadas, el Borussia Mönchengladbach es el inesperado líder, con un punto de ventaja sobre el Bayern de Múnich y a cuatro del sexto clasificado, el el RB Leipzig.

Equipos revelación

En cualquier caso, y quizá con la previsible excepción de Francia, el paisaje de las ligas europeas muestra que las profecías que auguraban el fin de las sorpresas y el ocaso de los equipos revelación como consecuencia de la inflación de los precios de los futbolistas están resultando, al menos por el momento, equivocadas. Clubes como el Leicester, el Crystal Palace, el Friburgo, el Atalanta, el Nantes y el Granada ocupan posiciones de privilegio que parecían reservadas a los grandes nombres, mientras históricos como el Manchester United, el Tottenham, el Olympique de Lyon, el Milan o el Bayer Leverkusen se mueven por la mitad de la tabla.

El devenir de las próximas semanas dirá si esta situación se consolida o si es una simple anomalía que el tiempo irá corrigiendo (hay quien la atribuye al hecho de que los grandes equipos hacen una pretemporada más centrada en los viajes y los bolos millonarios que en la verdadera preparación, por lo que tardan más jornadas que sus rivales en completar la puesta a punto), pero en un momento en el que los planes para una Superliga europea se ciernen sobre el futuro de las competiciones domésticas, la presencia de los modestos en puestos de honor se antoja un gratificante acto de rebeldía.

Desde 1997

En lo que respecta a la serie histórica en la Liga española, la presente temporada también está siendo la más reñida no solo de la última década sino de todo el siglo XXI. Hay que viajar hasta 1997 para encontrar una situación en la que, al término de la jornada 11, los seis primeros de la clasificación estuvieran apretados en una franja de solo tres puntos. Y, casualidad, también entonces el Barça mandaba en la tabla y la Real Sociedad ocupaba la sexta plaza. Aquel curso la Liga fue para el equipo azulgrana, dirigido por Louis Van Gaal.

En el año del debut de Ernesto Valverde en el banquillo, el Barça se asomó a la cabeza en la tercera jornada y ya no se movió de ahí en lo que restaba de competición. A estas alturas de la temporada, aventajaba al Real Madrid en 11 puntos y al sexto clasificado, el Sevilla, en 12. El pasado año le costó un poquito más: fue líder entre las jornadas 3 y 7 y entre la 9 y la 12, antes de hacer suyo el primer puesto de forma definitiva en la jornada 14. Después de 11 partidos, el Madrid era sexto, a siete puntos, y el Espanyol, hoy penúltimo, era segundo.