Tras un vuelo de ocho horas, el Barça aterrizó en el aeropuerto de Newark para iniciar la gira por Estados Unidos, que constará de tres partidos: ante la Juventus este sábado en Nueva York, el Manchester United el próximo miércoles (en Washington) y frente al Madrid el siguiente sábado en Miami. A las 9.30 horas locales (15.30 en España) el equipo tenía previsto realizar la primera sesión preparatoria antes del duelo frente al campeón italiano. Con todos pendientes de Neymar.

Veintiséis jugadores tiene a sus órdenes Ernesto Valverde. Un grupo numeroso, más que nunca. No solo se trata de que el entrenador, nuevo, quiera ver de cerca a todos los efectivos del club, sino también porque el Barça no ha encontrado salida a varios de sus jugadores, como serían los casos de Vermaelen, Douglas, Samper y Munir, que han regresado de las cesiones, o Arda Turan.

Indefectiblemente, las miradas estarán focalizadas sobre Neymar el gran protagonista de la pretemporada. El romance que parece haber entablado con el PSG altera la tranquilidad del Barça, por más que los responsables del club aseguran estar plenamente tranquilos con la continuidad del delantero. Algunos de sus amigos de los Toiss han viajado a Estados Unidos.

Robert Fernández, el secretario técnico, decidió a última hora sumarse a la expedición azulgrana. Pese a ser ejecutivo, se hospedará con la plantilla, más cerca de Valverde con quien tiene que perfilar la composición definitiva del grupo que de Josep Maria Bartomeu, el presidente, a quien deberá arancarle el presupuesto necesario para afrontar nuevos fichajes. Dos, en principio, según los deseos de los técnicos, solventado ya el del lateral derecho con Nelson Semedo. Serían centrocampistas, o uno de ellos delantero.