Arturo Vidal sigue de vacaciones en Chile. No debe volver a Barcelona hasta el 2 de enero, apenas 48 horas antes del retorno a la Liga en el derbi de Cornellà contra el Espanyol. Pero antes de irse a su país para pasar las fiestas navideñas, el centrocampista denunció al Barcelona por impago de 2,4 millones de euros en concepto de unos bonus por rendimiento. Algo de lo que discrepa abiertamente el club azulgrana porque considera que ya recibió la cantidad adecuada, al tiempo que cree que Arturo Vidal está forzando su marcha del Camp Nou para poder aceptar la oferta del Inter de Milán.

"El encargado de eso no soy yo. Para eso está mi representante y mi abogado", ha dicho el chileno en su país donde asistió a la despedida de Rodolfo Madrid, actual entrenador del Rodelindo Román. "Ellos se encargan de esas cosas, de los premios", ha precisado el centrocampista. "¿Si me pareció injusto? Claro, si falta ese dinero claro que me parece injusto. Pero es un tema ajeno de lo que estamos viviendo ahora, por favor", ha subrayado en alusión al homenaje y para no tener que dar más explicaciones.

El club sostiene que no hay deuda

El Barça sostiene que el jugador no se había quejado al final de la pasada temporada cuando ejecutó esos bonus y sí lo ha hecho, curiosamente, ahora, coincidiendo con la inminente apertura del mercado invernal. Pero la denuncia de Arturo Vidal ante la comisión mixta de la Liga y de la AFE (Asociación de fútbolistas españoles) sigue en marcha.

El chileno pide esos bonus por llegar a los octavos y cuartos de final de la Champions, además de la prima por la conquista de la Liga. Considera Arturo Vidal que estuvo presente en el 60% de los partidos del Barça de la pasada temporada, cumpliendo así los requisitos pactados en su contrato. El club recalca que para recibir esos premios económicos debería haber disputado un mínimo de 45 minutos en cada partido, algo que no ocurrió en la temporada 2018/19.