En el último mercado de invierno, Sime Vrsaljko estaba con un pie y medio fuera del Atlético de Madrid. Como casi siempre, Simeone consiguió que el croata se subiera al barco y fuera importante en la última parte de la temporada. Aún así, y pese a que ha disfrutado de buenas etapas en su estancia como atlético, su carácter apocado y su poca tolerancia a las lesiones transmitían dudas, era una pieza que no terminaba de encajar a la perfección, así que el Atlético la ha sustituido. Nada puede fallar en el gran año del proyecto Simeone, el que tiene que ser de la consolidación, en el que se está apostando con todo en una plantilla focalizada en la final de la Champions en el Wanda Metropolitano.

El cambio de cromos se anunció a última hora de este martes: Vrsaljko se marcha al Inter de Milán y llega Santiago Arias. El lateral colombiano del PSV que responde perfectamente al perfil que buscaba el Atlético. Arias es un lateral de mucho recorrido, con buen trato de balón en ataque y el despliegue físico y la suficiente experiencia en Europa (más de 170 partidos desde 2011) como para adaptarse tácticamente a Simeone. Ya lo ha demostrado en las dos eliminatorias de Champions League que ha jugado con el PSV ante el Atlético de Madrid, la de 2015 se resolvió en los penaltis tras un partido inmenso tácticamente del equipo entonces dirigido por Phillip Cocu.

Mundialista con progresión

El colombiano de 26 años, que acaba de jugar como titular todos los partidos con su selección en el Mundial, firma por cinco temporadas con el Atlético de Madrid, una apuesta ambiciosa por el talento contrastado de uno de los jugadores más destacados en el último lustro de éxitos del equipo de Eindhoven.

Por su parte, el Inter ha ganado la puja en Italia por Vrsaljko, un jugador que mantiene buen cartel en tierras transalpinas después de sus buenas temporadas en el Sassuolo de Di Francesco, antes de que llegara hace dos veranos al Atlético. El croata se marcha un año cedido, con un coste para el Inter de entre 5 y 8 millones de euros, con una opción de compra no obligatoria, que, aunque no de manera oficial, se cifra en algo menos de 20 millones de euros.