Al igual que el pasado verano, este tampoco ha sido tranquilo en El Arcángel. Si bien se inició con cierta normalidad, con la llegada de los jefes deportivos, el entrenador y una docena larga de fichajes, pronto se quebró la corta paz por el impago del último plazo de Aglomerados Córdoba a Azaveco, lo que provocó el anuncio de Carlos González de que nada más terminar el periodo inhábil en los juzgados, interpondría la correspondiente demanda para regresar a la entidad blanquiverde. Para recuperar el control político del club es necesaria una junta general de accionistas que tendría que nombrar a los miembros del consejo de administración y otorgarles facultades de consejeros delegados o facultades ejecutivas en el club. Sin eso no puede volver González al club y este no lo dará voluntariamente, como demostró el último consejo de administración de la entidad blanquiverde, en el que León zanjó la relación profesional con Alfredo García Amado y con Magdalena Entrenas, aunque ambos continúan siendo consejeros. Por lo tanto, el exdirigente tendría que ir a un juzgado a que se le restituyan los derechos que entiende que le pertenecen.

Como recordó en este periódico el nuevo secretario del consejo de administración del club, Enrique Rodríguez Zarza, «tendría que ir e instar una demanda: ‘Mire usted, tengo unos derechos de recuperar el control del club, escriturados ante notario, no me los quieren restituir, dándose todas las condiciones necesarias para que me los restituyan’. Yo creo que ese procedimiento puede durar cuatro o cinco meses. Todas las opciones son posibles», aunque el granadino descartó en la entrevista concedida a este periódico que dicho proceso sea ágil, sobre todo por la querella que el club tiene preparada para ser presentada a principios de septiembre contra González por varios delitos societarios. «Si entramos a valorar eso… La primera vez que fui a Córdoba me parece que pinté una pared entera de las distintas opciones jurídicas que había en este problema. Es un procedimiento muy complejo, porque tiene una vertiente administrativo-deportiva, con el informe de BDO y los informes de LaLiga; tiene una vertiente financiera, porque hay que analizar los números al dedillo (disposiciones, cantidades, intereses, perjuicios, incumplimientos, etcétera), tiene una vertiente civil (muy importante), tiene una vertiente notarial, también importante, y también una vertiente mercantil. Porque, mientras tanto, quién va a controlar el club y en qué condiciones y con qué criterios. Es un pleito muy completo, un pleito muy parecido al del Cádiz, que llevamos años con él, cerca de seis años y el Tribunal Supremo acaba de darnos la razón recientemente, a la espera de la resolución de un pequeño recurso que ha interpuesto la parte contraria. Y en este caso llevo la misma parte: en Cádiz llevo la parte demandada que le exige el cumplimiento de las acciones y no las restituye y sacó Antonio Muñoz las acciones a subasta y se adoptó una medida cautelar prohibiéndolo y además ganamos los procedimientos. En este tipo de caso ya tenemos una experiencia muy parecida y positiva, porque la hemos ganado, la de la nulidad de la subasta. ¿Carlos González puede pedir una subasta? Sí. ¿Podríamos ganar la nulidad de la subasta? Creo que podríamos ganarla de todas todas».

El otro frente abierto, con Luis Oliver, urge más en el tiempo debido al bloqueo sufrido por el club tras el procedimiento cambiario iniciado por el navarro, que logró desde el 30 de julio que el club perdiera parte de su capacidad de maniobra a futuro, principalmente. Será el primer movimiento legal de la entidad blanquiverde, principalmente, porque el fútbol ya ha llegado, la plantilla ha de inscribirse ya (en el club se asegura que entre hoy y mañana) y, sobre todo, hay que rematar los mimbres de los que dispone Enrique Martín. Mientras, todos mirando a El Arcángel y a los juzgados.