Que para dar la campanada hay que pasar antes por los cuartos es algo que nos repiten cada fin de año. Pero al FC Barcelona le ocurre últimamente en la Champions League lo mismo que a esos comeuvas inexpertos que hacen caso omiso de las advertencias, empiezan a celebrar antes de tiempo y acaban atragantándose y mirando por la tele cómo son otros los que levantan las copas (preferiblemente, en la madrileña Puerta del Sol).

Decidida a acabar con ese mal fario de las últimas temporadas, la expedición azulgrana se plantó el martes en Manchester, la ciudad de las chimeneas, los ladrillos rojos y los patios traseros, para enfrentarse en Old Trafford al United, un gigante del fútbol europeo que trata de reencontrar el camino a la gloria después de haber perdido los mapas con la marcha de sir Alex Ferguson, hace ya más de un lustro.

Enderezando el rumbo

La llegada al banquillo del noruego Ole Gunnar Solskjaer, a quien en sus tiempos de jugador llamaban ‘el asesino con cara de niño’, ha servido al menos para enderezar el rumbo de una nave que Jose Mourinho había conducido hacia los acantilados de la miseria futbolística y el conflicto personal. Hoy, el Manchester United sigue sin ser aquel equipo imperial que se paseaba por el continente convencido de que el escudo le daba uno o dos goles de ventaja en cada partido, pero sí es un conjunto fiable, solidario y, sobre todo, lleno de confianza, especialmente tras la inesperada clasificación para estos cuartos de final a costa del todopoderoso PSG.

“Están reforzados por lo que hicieron y por su trayectoria. Tienen la moral por las nubes”, subrayó Ernesto Valverde en el encuentro con la prensa previo al partido (miércoles, 21 horas; Movistar Liga de Campeones). El Txingurri destacó el juego a balón parado del equipo mancuniano, la velocidad de sus puntas y el empuje del público local. “Tienen argumentos para hacernos daño, por la entidad del equipo y por los jugadores que tiene -apuntó el técnico azulgrana-. Debemos evitar que el partido se descontrole, porque ellos tienen futbolistas muy rápidos y al espacio son peligrosos. Jugando en casa, con presión alta, es un equipo fuerte”.

El viento en las velas

Con todas las cautelas que impone la máxima competición continental, el Barça se sabe favorito. A pesar de haber tenido cuatro días menos de descanso, a pesar de la casi segura ausencia de Ousmane Dembélé en el once inicial (Valverde concedió ayer que no es el momento de “forzar” el retorno del francés) y a pesar del nefasto precedente del año pasado en Roma, los azulgranas llegan a la cita de Old Trafford con el viento en las velas, avalados por su impecable marcha en la Liga y por la solvencia que han demostrado hasta ahora en los duelos de calibre grueso. “Hemos respondido bien, sobre todo en los momentos fuertes, tanto en la Liga como en la Champions. Eso no es garantía de nada, pero da confianza”, señaló el Txingurri.

No quiso dar ninguna pista el técnico sobre la posible disposición del equipo. No sería una sorpresa que, ausente Dembélé, Valverde se decantara por un 4-4-2 (cosa que ya ha hecho, y con buenos resultados, en alguno de los últimos compromisos, como la visita al Benito Villamarín), con Arturo Vidal o Sergi Roberto completando la línea de centrocampistas. Tampoco dijo esta boca es mía respecto a sus planes Solskjaer, que ni siquiera llegó a confirmar si los renqueantes Nemanja Matic y Marcus Rashford estarán finalmente en condiciones de jugar (un consejo: si han de apostar, háganlo por el sí).

Un ejercicio táctico virtual

El entrenador noruego de los 'red devils' aseguró que ve a su equipo preparado para enfrentarse al Barça y comentó que, por su estilo de juego, el azulgrana es uno de esos equipos en los que los técnicos se fijan especialmente a lo largo de la temporada con el propósito de idear formas de contrarrestarlo. Aunque no tengan que enfrentarse a ellos, solo como un ejercicio táctico. No puede haber mayor cumplido.

Claro que una cosa es imaginar un duelo virtual y otra bien distinta, tener enfrente a un futbolista como Leo Messi, y además con el chute adicional de motivación con el que el rosarino está viviendo esta edición de la Liga de Campeones. “¿Qué tipo de plan puedes tener para parar a alguien como él? -se preguntó Solskjaer-. Es un jugador fantástico, pasará a la historia como uno de los mejores. Será muy difícil pararle, pero no es imposible”. ¿Ni siquiera cuando planta el balón en el suelo para lanzar una falta? “Vamos a tener que ir con cuidado. Sabemos que no podemos hacer regalos. ¿Cuántos goles ha marcado Messi de falta directa?”. Esta temporada, siete, Ole. “Uh, habrá que vigilar eso”.