Acelera Andrés Iniesta para reaparecer el miércoles contra el Chelsea en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones. Acelera y quema fases de la recuperación de su lesión muscular, a pesar de que el club, en principio, no emitió ningún comunicado médico sobre el alcance de la lesión muscular que padeció ante el Atlético de Madrid. El capitán azulgrana realizó ayer «una parte del trabajo con el grupo», según ha informado el Barça. Por lo tanto, Iniesta, que ha venido trabajando en sesiones de mañana y tarde desde que se lesionó en el choque contra el Atlético, confía en llegar a tiempo de enfrentarse al Chelsea, para ayudar al Barça a colarse en los cuartos de final de la Liga de Campeones. En esa sesión matinal, además de todos los jugadores disponibles del primer equipo, también participaron cinco jóvenes del filial: Aleñá, Martínez, Samu Araujo, Vitinho y McGuane.

ANDRÉ GOMES, CON MIEDO / El centrocampista portugués André Gomes reconoce no estar disfrutando de su etapa en el Barcelona, donde aún no ha podido ofrecer su mejor nivel, algo que le tiene atenazado cuando salta al terreno de juego y le obliga a pensar demasiado en lugar de dejar ir todo el fútbol que lleva dentro. «No me siento bien en el campo, no estoy disfrutando de lo que puedo hacer», confesó ayer André Gomes en una entrevista concedida a la revista Panenka. El internacional luso regresa a sus primeros días en el vestuario azulgrana para buscar una explicación: «Los primeros seis meses fueron bastante bien, pero luego las cosas cambiaron. Quizá la palabra no sea la más correcta, pero se volvió un poco infierno, porque empecé a tener más presión». André Gomes fichó por el Barça en el verano del 2016. Y un año y medio después, los aficionados siguen preguntándose dónde está el futbolista que causó tan buena impresión en las filas del Valencia. A su gesto serio y la inseguridad con la que desarrolla su juego le han seguido los primeros silbidos del Camp Nou, y el jugador portugués admite que existe «una herida» que no sabe cómo cicatrizar. «Pensar demasiado me hace daño. Porque pienso en las cosas malas y, después, en lo que tengo que hacer, y voy siempre a remolque. Aunque mis compañeros me apoyan bastante, las cosas no me salen como ellos quieren que salgan» asegura, antes de afirmar que tiene «miedo» de salir a la calle por la presión de la gente.