Ha ido a Barcelona porque le espera un “bolo” en el Congreso Mundial de Telefonía Móvil. Fernando Alonso se ha dejado ver por el Circuit en el primer día de la segunda semana de test de F-1. Departió con sus aún jefes en McLaren, charló con la familia Sainz, se fue a pista a ver de cerca los coches, y acudió al hospitality de Ferrari para desatar rumores, aunque en realidad, solo quiso reforzar su apoyo a Charles Leclerc, del que espera mucho.

"Mi centro de atención está ahora en Indianápolis. Voy a correr en el Mundial de Resistencia y en las 500 Millas de Indianápolis. Para prepararme iré al simulador en Estados Unidos la semana que viene. He tenido unos meses con mucha actividad corriendo en Daytona en enero. A partir de junio será un poco más fácil”, asegura el piloto asturiano. "La F-1 atrae más interés a nivel mundial porque hay más actividad que en otras competiciones y sólo te concentras en pilotar. He estado en Daytona e iré también a Sebring, donde lo importante es el coche y su rendimiento. En la F-1 también importa el coche, pero hay otras actividades. Hay que estar pendiente de los patrocinadores, los invitados en el paddock, en el hotel... Pasan muchas cosas a nuestro alrededor como pilotos de Fórmula 1. Es algo muy exigente. Yo he estado 18 años en este mundillo. Ahora quiero disfrutar un poco más en el paddock”, añade el asturiano.

Los cambios de la F-1

A pesar de no haber probado el nuevo McLaren, Alonso sí conoce con minuciosidad los cambios en el reglamento del 2019, a los que añade la importancia de los cambios que Pirelli ha llevado a cabo en los neumáticos. ”Ha habido pequeños cambios aerodinámicos por el reglamento. Hay más agarre trasero este año y el DRS tiene un mayor impacto. Cuando lo abrimos en la recta da una velocidad extra. Los neumáticos son diferentes y las temperaturas en los test son inferiores a las que habrá seguramente en la temporada. Hay problemas de graining o de otro tipo que no serán realistas en Australia", insistió el ovetense.

Ayudando a McLaren

Alonso asistió a reuniones con los ingenieros y "estuvimos hablando, entre otras cosas, sobre cómo solucionar los problemas de los neumáticos”, y también pudo comprobar los problemas de fiabilidad del McLaren —Lando Norris rompió el coche nada más marcar el mejor tiempo de la jornada— también de Mercedes —Valtteri Bottas se quedó tres horas en el box por el cambio de motor— que ya ha puesto en pista un alerón delantero y laterales diferentes a los de la primera semana y, sobre todo, ha podio comprobar la consistencia de Ferrari, y los progresos que Honda ha llevado a cabo en su quinto año en F-1 y de la mano de Red Bull, que no pierde la esperanza de luchar de tú a tú con Ferrari y Mercedes esta temporada.