Se acabó lo que se daba. Hasta octavos duró la aventura copera del Córdoba CF que tendrá ahora que centrarse en el encuentro de la jornada, ante el Girona, con aires de revancha, y donde está en juego el verdadero objetivo de la entidad blanquiverde, más allá de ilusiones efímeras de los bombos, los sorteos y la esperanza de que caiga un grande para apear al Segunda de turno con una placentera goleada. Pero ayer no era un Primera, sino un vecino en la tabla, que anda incluso por debajo que el Córdoba en la clasificación, rondando los puestos de descenso, el que puso fin a la aventura copera en clave blanquiverde con un nuevo Alcorconazo.

Porque el Alcorcón prolongó la mala racha del Córdoba en casa, donde siente la presión de los dircursos grandilocuentes que llegan desde el palco y que hablan del fracaso que supone estar en Segunda. Salvando el partido de Copa ante el Málaga, el Córdoba no le brinda un triunfo a su afición desde septiembre.

Y pese a toda esa presión y ese historial negativo en casa, el Córdoba salió con las ideas claras, dispuesto a llevarse el encuentro, a no especular. Y, para colmo, el rival salió a verlas venir, perdido. Con esos ingredientes, el pase a cuartos parecía más que encarrilado cuando Piovaccari supo aprovecharse de la indecisión entre Elgezabal y Rafa Páez para enfilar la portería de Dani Jiménez y reivindicarse, esta vez con hechos, para poder tener más minutos en la competición que importa (1-0). Antes, el meta alfarero, el mejor de su equipo en la primera mitad, ya había salvado un disparo de Juli a balón parado, en la única jugada de estrategia que el Córdoba acierta a rematar y que es, curiosamente, con el balón por abajo.

Se gustaba el Córdoba ante su parroquia y, salvo algún sustillo aislado de David Rodríguez, el Alcorcón estaba grogui. Velázquez arriesgo metiendo en el once a un convaleciente Rafa Páez y pronto tuvo que sacarlo.

Así, lo tenía todo a favor el conjunto blanquiverde para matar la eliminatoria lo antes posible y a ello se puso. Pero la efectividad de este Córdoba no es la que solía ser. Generó peligro y asedió la meta alfarera, pero la actuación de Dani Jiménez fue incontestable. A la media hora, Guille Donoso, que volvía a tener minutos, le pegaba a romper obligando a la intervención prodigiosa del meta visitante. Luego sería Pedro Ríos, quien responde al protagonismo que tiene que asumir, el que se revolvía en el área y, sombrerito incluido, obligaba a la estirada del portero. Juli, casi sobre la bocina, enganchó un disparo que se le marchó por poco.

Así, al descanso, los blanquiverdes se marchaban con la sensación de que podían haber matado al rival y, ya se sabe, que en el fútbol el que perdona la paga.

FALLO GARRAFAL

Para colmo, el Córdoba, él solo, le dio vida al Alcorcón nada más comenzar la segunda mitad. Empecinado Carrión en que sus jugadores tienen que sacar el balón jugado desde atrás, Luso intentó no se sabe qué ante David Rodríguez, que le robó el balón, condujo varios metros hasta plantarse ante Kieszek y lo batió por abajo para decepción de los blanquiverdes.

Así, al Córdoba le valía el pase por vestuarios, las charlas motivadoras y la recuperación de aliento, para verse fuera de la Copa del Rey y dar paso a una paupérrima segunda parte. Porque ya se sabe que este equipo no se caracteriza, precisamente, por sobreponerse a los varapalos. El tanto sentó como un jarro de agua fría y Luso, que no estaba contando demasiado para Carrión, quedó señalado en el cambio cuando el técnico optó por sacarlo en un pieza por pieza con Edu Ramos.

Pero el malagueño tampoco fue el revulsivo que necesitaba el equipo, que poco a poco terminó de entregarle el balón al contrario, cada vez más cómodo en El Arcángel, máxime tras el bajón físico de los blanquiverdes. Porque Nelson llegaba al área rival para irse de Antoñito y ponérsela en bandeja a David Rodríguez, que no atinó. Poco después era el desafortunado Álvaro Rey el que perdonaba el segundo tanto alfarero. A diferencia del Córdoba en la primera parte, el Alcorcón hizo el gol de la tranquilidad para ponerle la eliminatoria al conjunto de Carrión imposible.

Contra de libro de los alfareros, con taconcito incluido del eternamente pretendido David Rodríguez, para que Ivi se metiese en el área, tumbase a Caro, batiese a Kieszek y pusiese al Alcorcón con pie y medio en cuartos. Porque si el primer gol afectó a los blanquiverdes, el segundo lo dejó hundido. De hecho, hubo que esperar al minuto 80 para ver cierto peligro en un remate de Caro. E incluso pudo ser un resultado más abultado si Álvaro Rey se hubiese aprovechado del regalo de Kieszek.

Punto y final a una aventura copera que se ha prolongado, en cualquier caso, bastante más de lo que cabía esperar. Ahora, a los jugadores les toca centrarse en el encuentro vital del domingo, que podría dejar al equipo muy pegado a los puestos de promoción. Y los que no son los jugadores tendrán que hacer lo que sea necesario para reforzar un plantel en el que claramente algunos no tienen cabida ni en Copa y hay posiciones con claras carencias. Por lo pronto, el defensa que tanto gustaba, David Costas, apunta a Oviedo.

FICHA TÉCNICA

1.- Córdoba: Kieszek; Antoñito, Caro, Bijimine, Cisma; Luso (Edu Ramos, min. 62); Guille Donoso (Javi Galán, min 68), Esteve (Markovic, min. 74), Juli, Pedro Ríos; Piovaccari.

2.- Alcorcón: Dani Jiménez; Nelson, Elgezabal, Rafa Páez (Fede Vega, min. 28), Bellvís; Toribio, Tropi; Iván Alejo, Óscar Plano (Martín Luque, min. 69), Álvaro Rey (Kadir, min. 78); David Rodríguez.

Goles: 1-0, min. 8: Piovaccari; 1-1, min. 50: David Rodríguez; 1-2, min. 67. Iván Alejo.

Árbitro: Javier Alberola Rojas (Comité castellano-manchego), que amonestó al local Esteve, así como a los visitantes Toribio e Iván Alejo.

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio El Arcángel de Córdoba, con terreno de juego en buenas condiciones, ante unos 8.000 espectadores, la peor entrada de la temporada entre Liga y Copa.