Durante 50 años, desde que en 1970 ganaron la Super Bowl frente a los Vikings de Minnesota, los Chiefs de Kansas City y sus fans han tenido que vivir de la gloria de ese pasado. Este domingo en Miami y frente a los 49ers de San Francisco han reseteado el contador y, gracias a su joven y estelar quarterback Patrick Mahomes, ya pueden vivir del presente. Incluso pensar que son el futuro.

Como hicieron en los dos partidos de play offs, ‘los Jefes’ han protagonizado de la mano de Mahomes una espectacular remontada en el último cuarto de la Super Bowl LIV. Cuando quedaban menos de seis minutos en el contador iban 10 puntos por abajo. Pero entonces ha llegado de manos de Mahomes el milagro que, de tan frecuente en el quarterback, ha dejado de serlo. Un parcial de 21-0 en esos últimos minutos ha sellado el marcador definitivo 31-20 con que los Chiefs han vuelto a alzar el Trofeo Lombardi, negando a los 'Niners' la posibilidad de empatar a Patriots y Steelers en su récord de seis títulos de la NFL y a su quarterback,. Jimmy Garoppolo, la de lograr su primer título con los de San Francisco tras conquistar dos con los Patriots a la sombra de Tom Brady.

El MVP más joven

El MVP más joven “Nunca perdimos la fe”, ha dicho el exultante Mahomes, a los 24 años el MVP más joven de la Super Bowl, igual que a tras la temporada 2018, su segunda en los Chiefs, se convirtió en el MVP más joven de la liga. Y cuando en la ceremonia de entrega del trofeo, bajo la lluvia de confeti dorado y rojo, se le ha preguntado cómo iba a celebrarlo ha dicho: “voy a ir a Disneyworld”.

El otro gran triunfador de la noche es el entrenador Andy Reid, ‘Big Red’, que en 21 años de carrera primero en los Steelers y luego en los Chiefs se había convertido en el entrenador con más victorias (207) sin un Lombardi. Este domingo se ha hecho justicia: ya lo tiene. Y hasta Kyle Shanahan, el entrenador de San Francisco, ha reconocido: “Andy Reid merece esto”.

Fue Reid quien creyó en Mahomes, un quarterback diferente, formado durante sus años de instituto también en baloncesto y beisbol y luego, ya en la universidad, como uno de los practicantes del 'Air Raid', la táctica de ataque radical que cree más para el quarterback en el pase que en la carrera y que durante tiempo la mayoría de entrenadores en la NFL descartaron. Mahomes es el máximo exponente, pero cada vez menos único, del salto del Air raid de los campus a la gran liga, aunque es lo completo de su juego lo que le hace icono del futuro, además de MVP del presente. En esta Super Bowl ha completado 26 de 41 pases para sumar 286 yardas y ha anotado dos touchdowns.

También ha sido Reid, un hombre marcado por la tragedia personal de haber perdido un hijo en 2012 por una sobredosis de heroína, el artífice de la construcción de un auténtico equipo con grandes figuras que han brillado en esta Super Bowl como Damien Williams, Travis Kelce, Sammy Watkins o Tyreek Hill, este último un jugador marcado por un historial de violencia doméstica al que Big Red está ayudando a rehabilitar con fútbol. Y lo ha dicho también Mahomes en la ceremonia de entrega del Lombardi: “el entrenador Reid nos empuja a ser las mejores personas que podemos ser”.

En el partido, poco ha importado que durante tres cuartos Garopollo y el resto de los Niners demostraran porqué se les considera el mejor equipo, uno que ha sido capaz de pasar de una temporada con solo cuatro victorias a llegar a la final de Miami, la combinación más idílica de ataque y defensa. Enfrente tenían a unos Chiefs marcados por el espíritu de equipo. Y, sobre todo, enfrente tenían a Mahomes.