«Si hay que morir, que sea con las botas puestas», asegura Javi Jiménez, peñista de Cordobamanía que saltó a la fama nacional por unas imágenes en las que estaba solo en la grada visitante del Carlos Tartiere, el pasado domingo, tras un viaje en coche desde Córdoba para animar a su equipo. Jiménez, que ayer recibió una camiseta firmada por parte de los jugadores y del cuerpo técnico del Córdoba, en el entrenamiento matutino, aseguró ayer a Diario CÓRDOBA que «la cosa se salió de madre, hice lo que hago siempre, viajar con el equipo». Un hincha con la fe a prueba de bombas, capaz de viajar hasta en 14 ocasiones una temporada para arropar al Córdoba por los campos de la división que sea. «Si finalmente se consuma el descenso a Segunda B, para viajar lo tendremos más fácil al estar los estadios más cerca», reflexiona, apesadumbrado por la situación deportiva y extradeportiva del Córdoba pero sin perder la pasión por su equipo.

Javi Jiménez lo ha visto casi todo en los 25 años que lleva «de socio y siguiendo al equipo». Critica las medidas decretadas por LaLiga, que «dificultan cada vez más que podamos tener una entrada visitante». Y recuerda, con nostalgia los partidos de Reus y Vallecas, en plena remontada por la salvación de la 2017/18. Sin embargo, su experiencia más curiosa y difícil fue el Día de Reyes del 2018, de vuelta de un viaje a Gijón. «Llegando al túnel de Guadarrama empezó a acumularse nieve. Nosotros habíamos cenado un ratito antes pero nos pegamos toda la noche en el coche con un paquete de rosquillas que me dio por comprar», asegura con una sonrisa que a buen seguro no tuvo durante aquella noche. «Estuvimos estilo Supervivientes, pegando un bocado cada uno de vez en cuando, éramos cinco para ocho rosquillas», dice entre risas.

Por su dilatada experiencia como seguidor del Córdoba, Javi Jiménez no olvida su viaje hace más de diez años al campo del Villanueva, que entonces jugaba en Segunda B, la categoría que muy difícilmente se eluda la próxima temporada. «Era un viaje de vuelta de 40 minutos y tardamos dos horas en regresar. Nos perdimos y nos asustamos un poco porque llegamos a sintonizar en la radio una emisora de Jaén. Al final llegamos a Montoro y de ahí a Córdoba». Historias de un cordobesista que tras 25 años siguiendo a su equipo lo seguirá haciendo la próxima temporada.