El estadio Nuevo Arcángel, el feudo municipal donde disputa sus partidos el Córdoba, está de aniversario. En concreto, cumple 25 años. Unas bodas de plata con el recuerdo del partido que supuso su inauguración oficial, el 8 de febrero del año 1994, que enfrentó al Barcelona de Johan Cruyff con el Borussia Dortmund alemán. Tras el derribo del antiguo El Arcángel, ubicado en el actual solar del centro comercial que sigue llevando su nombre, para 1993 el nuevo estadio, en su actual parcela en El Arenal, ya había sido testigo de un Córdoba-Recreativo de Huelva, con victoria por cuatro a cero para los blanquiverdes. Fue un 7 de noviembre de 1993, aunque hubieron de pasar tres meses más para su encuentro inaugural.

Contó la crónica de Diario CÓRDOBA, publicada al día siguiente por el periodista Rafael Aranda, que «unos 20.000 cordobeses dieron la bienvenida de forma oficial al Estadio Municipal Nuevo Arcángel, en una doble jornada futbolística que resultó una apoteosis de público y deportiva». No era para menos, llegaba el Dream Team del holandés Cruyff con nombres para la historia del fútbol como Romario, Amor, Koema, Romario o Stoichkov, entre otros. Todos fueron titulares en aquella cita, que el Barcelona se llevó por tres goles a cero ante el Dortmund, con tantos de Quique Estebaranz y Stoichkov, este por partida doble.

El titular aludía a que «el Barça aparca la crisis de El Prat». El equipo culé llegaba tras una mala racha de resultados y al término del partido su técnico Cruyff aseguraba, en sala de prensa, que «nuestro problema es superable». Su hijo, Jordi Cruyff, también disputó aquel partido, y tuvo palabras halagadoras para la afición cordobesa que se dio cita. «Si el público es así, el Córdoba debe estar pronto en Primera. No anduvo muy acertado el joven hijo de Johan, puesto que el equipo blanquiverde no ascendió hasta cinco 1999, y lo hizo a Segunda.

Mención aparte requiere Stoichkov, cuyo carácter siempre estuvo fuera de toda duda. Contaba nuestro cronista que, además de marcar los dos goles -uno de ellos de penalti-, el búlgaro también fue protagonista en las horas previas al choque. «Hizo gala de no querer participar con pleitesías en la fiesta cordobesa/barcelonista organizada para la inauguración del estadio, llegando incluso a protagonizar un incidente con los reporteros gráficos que cubrían la concentración, al tratar de impedir que fueran tomadas fotografías», aseguraba el texto.

Al partido acudieron los principales representantes de la ciudad, incluido «casi la totalidad de los miembros de la corporación local, con representación de todos los grupos políticos». Por supuesto lo hizo el alcalde, Herminio Trigo, que valoró de «histórico» el evento. Tampoco fue clarividente Trigo cuando aseguró que «Córdoba ha demostrado dejar pequeño el estadio si se le da espectáculo», ya que el Nuevo Arcángel, al menos en las últimas temporadas, solo en pocas ocasiones ha lucido un lleno o se ha acercado.

La previa blanquiverde

Tampoco se perdió el choque el presidente por entonces del Córdoba CF, Rafael Gómez. Y es que su equipo jugó unas horas antes de que lo hiciesen Barcelona y Borussia Dortmund, enfrentándose al filial culé, en un encuentro que acabó con empate a tres. Dos penaltis se lanzaron en ese primer partido, o previa, al inaugural, ambos a favor del Córdoba. Ortiz y Pascual Sanz los convirtieron, el segundo después de que el Barcelona B le hubiera dado la vuelta al partido. El equipo blanquiverde anotó el 1-0, tanto de Loreto de cabeza. Quique Martín empató para el Barcelona B, y el penalti de Ortiz volvió a poner por delante a los cordobesistas. El culé Roger le dio la vuelta al marcador con dos goles, ambos de disparo, antes de que Sanz, desde los once metros pusiera el definitivo 3-3. Otro de nuestros redactores, Pepe Cañadillas, aseguró que aquel Córdoba-Barcelona B discurrió «con un juego bastante aceptable porque los marcajes no eran férreos».

Hoy, 25 años después, el Nuevo Arcángel sueña con días como aquellos, esperando que las mieles del fútbol de mejor categoría vuelvan a regar su césped. Aunque el coliseo ribereño siempre podrá contar a sus hermanos de otras ciudades de Andalucía que fue inaugurado por Koeman, Stoichkov, Romario, Bakero o Eusebio. Y que en su banquillo se sentaba Johan Cruyff. Ahí es nada.