Después de Gipsy evolution (2014), un disco que le posicionó como una figura dentro del nuevo flamenco, el músico cordobés Lin Cortés acaba de lanzar Indomable, un trabajo en el que vuelve a mostrar su maestría en la fusión de estilos, caminado de nuevo entre la vanguardia pop y el vasto territorio del arte jondo, y en el que vuelve a contar con la colaboración de importantes voces e instrumentistas. «Vengo de esos corros en los que los gitanos nos ponemos a cantar uno tras otro, y por eso me gusta compartir mis canciones», dice el cantante y compositor, hijo y nieto de artistas y sobrino de El Pele, su gran referencia, y cuya trayectoria está marcada por grandes figuras nacionales e internacionales, a las que acompañó durante años antes de decidirse a grabar sus propias composiciones. Ahora inicia la gira de presentación de este nuevo trabajo, que dará a conocer en Córdoba el día 8 de junio, dentro del festival Riomundi.

-‘Indomable’ ya está en el mercado y en él vuelve a reunir una fusión de estilos en torno al flamenco. ¿Cuál diría que reina en este disco?

-La base es flamenca porque mi manera de cantar es esa, puesto que vengo de una familia gitana, del flamenco, pero en este disco hay también funky y hasta una pieza clásica que le dedico a Oscar Wilde. En cuanto a las letras, tiene mucho protagonismo la mujer, igual que en el otro.

-De las diez canciones que componen el disco, en ocho cuenta con grandes colaboraciones y lo mismo sucedió en el anterior. ¿Le gusta compartir sus composiciones?

-Me gusta muchísimo. No hay ningún interés comercial detrás. Igual que hay gente conocida como Dellafuente o Antonio Carmona, también hay intérpretes como Odile Lima, que ni siquiera tiene disco. Yo busco lo artístico y, sobre todo, la amistad. Por otro lado, el disco se enriquece. Muchas veces, cuando estoy con un tema, me digo lo bien que quedaría con la voz de tal o de cual. Y no solo voces, también hay colaboraciones instrumentales como la de Diego del Morao o la del trompetista de jazz francés Raynald Colom.

-Le falta Rosalía, en cuyo disco, considerado uno de los mejores del 2018, participó usted.

-Rosalía está muy liada, pero lo tenemos pendiente.

-¿Pensaba que la cantante catalana se convertiría en un fenómeno de masas? Eso no suele pasar con el flamenco.

-Pues, precisamente, hace unos días veía con un grupo de amigos un documental sobre la bailaora Carmen Amaya, y me quedé muerto de lo que lio esa mujer en Estados Unidos, cuando no había redes sociales ni los medios que tenemos ahora.

-¿Y qué opina sobre las críticas vertidas sobre ella y su particular fusión flamenca?

-Me gusta lo que está haciendo ahora mucho más que cantando flamenco, porque a mí me emociona más el flamenco, por ejemplo, de El Pele. De cualquier manera, este arte es patrimonio de todos, y el arte tiene que ser libre.

-Ha grabado el disco en Córdoba. ¿Cómo ha sido el proceso?

-Ha ido lento, tranquilo. Antes de Indomable, produje el disco de mi hermano Nani, que son canciones mías. Hemos estado muy a gusto, recuperando algunas composiciones antiguas y haciendo cosas nuevas. En Córdoba estamos muy tranquilos y se puede grabar un buen disco allí, donde también lo hemos mezclado, para masterizarlo, finalmente, en Madrid.

-¿En qué se diferencia el Lin Cortés de ‘Gipsy evolution’ del de ‘Indomable’?

-Hemos aprendido en cuanto a producción, a sonido… Siempre se va mejorando un poquito y se va puliendo. La experiencia siempre ayuda.

-¿Qué canción cree que ha quedado más redonda?

-Me gusta muchísimo Amor de Frida, que está compuesta con versos de Frida Kahlo, y creo que ha quedado muy elegante, muy romántica. Pero cada una tiene su punto y su momento. Hay otra que es muy funky que se llama Culo y también me gusta mucho cómo ha quedado. Pero esa ya no es tan romántica, es más de bailar.

-¿Sigue inspirándole más la tristeza que la alegría?

-El arte, me gusta profundo. Por ejemplo, ahora he hecho la canción de Culo, que la tenía desde hacía tiempo y me apetecía grabarla, y también me encanta ese tipo de música. Pero lo que me pone mal son las cosas profundas. No me pone triste Claro de Luna, de Beethoven, me encanta. Por otro lado, la mayoría de las veces estoy solo con mi guitarra y en esos momentos me apetece tocar cosas tranquilas y profundas, pero si estoy en grupo me salen otro tipo de ritmos. Y este disco, en su mayoría, lo he hecho en soledad.

-Y ahora, a la carretera. ¿Cómo afronta la gira?

-Bien, con muchas ganas. En pocos días empezamos a ensayar. Seremos seis en total y en esta ocasión también nos acompañará una chica sevillana que canta muy bien. Queremos hacerlo lo mejor que podamos, pero aún tenemos que ver cómo lo montamos, cómo hacemos el repertorio. Empezamos la gira en Sevilla el día 16, y después seguirá Madrid, Barcelona… Tenemos muchas fechas ya.

-Córdoba será una de las primeras citas. ¿Le impone más actuar ante sus paisanos o todo lo contrario?

-Sí que impone más, porque ante los paisanos me exijo mucho. Córdoba y Madrid asustan un poco, sí.

-Hace una semana le vimos compartiendo escenario con Ketama y otros tantos artistas locales como La Negra, Lya y El Negro de Cheroke. ¿Dónde situaría Córdoba dentro de la fusión flamenca?

-En Córdoba hay una buena cantera, con dos grandes maestros a la cabeza, El Pele y Vicente Amigo. Y, además, de todos los que has nombrado, hay más gente por ahí.

-¿Qué espera de este disco?

-Espero que le guste a la gente, que cuando lo escuche le llegue al alma y, sobre todo, espero ampliar mi público, porque a mí me conocen mucho en Andalucía, en Madrid y Barcelona, pero en el norte apenas he tocado y allí tienen que saber de la existencia de esto. Yo sé que el flamenco gusta mucho en el norte, lo he comprobado cuando giraba, por ejemplo, con Raimundo y la fusión les encanta.