Rayuela, de Julio Cortázar, protagonizó ayer la segunda jornada del Congreso de la Lengua que tiene lugar en Córdoba (Argentina), que celebró al escritor argentino con una edición conmemorativa de esta obra que supuso una «verdadera revolución», según explicó el Premio Nobel Mario Vargas Llosa.

«La gran novedad que tuvo Rayuela, una verdadera revolución, no fue la estructura tan absolutamente insólita, sino que era la primera novela en la historia de la lengua española que introducía el juego como un elemento esencial», explicó Vargas Llosa.

La edición, que se presentó en el Teatro Real de Córdoba, recoge la reproducción facsimilar del Cuaderno de bitácora, con las notas del autor argentino para la escritura de esta novela, cuya publicación en 1963 supuso una revolución para la literatura. La Real Academia Española, la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Academia Argentina de Letras y la editorial Alfaguara son los responsables de esta edición, que presentaron el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el Premio Cervantes Sergio Ramírez, una edición coordinada por José Luis Moure, presidente de la Academia Argentina de Letras.

Sergio Ramírez relató cómo para los escritores de la década de los 60 primaba la rebeldía en la acción de escribir, un mundo al que Cortázar dio las reglas de juego, que eran «no aceptar ninguno de los preceptos de lo establecido y poner el mundo patas arriba de la forma mas irreverente del mundo». Y Vargas Llosa recordó cómo conoció a Cortázar en 1958 en París, un escritor con una personalidad inseparable de lo que es Rayuela.

«Es una novela buena gente, a pesar de que ocurren en ella cosas terribles. Es una novela desprovista de maldad», indicó el Premio Nobel de Literatura. La publicación de Rayuela en 1963 supuso una verdadera revolución en la narrativa en lengua castellana: por primera vez, un escritor llevaba hasta las últimas consecuencias transgredir el orden tradicional de una historia.