La Fundación Bancaja presentó ayer la exposición Julio Romero de Torres. Social, modernista y sofisticado, la primera muestra monográfica que se realiza en Valencia del pintor cordobés, una figura imprescindible en el arte español de finales del siglo XIX y principios del XX, en la que el Museo de Bellas Artes de Córdoba ha participado con 17 piezas. La presentación contó con la participación del presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón; el director corporativo de la Territorial de Bankia en Valencia y Castellón, Jaime Casas; y el comisario de la muestra, Francisco Javier Pérez Rojas, catedrático de historia del arte de la Universitad de Valencia y director de la Cátedra Pinazo. La exposición, que cuenta con la colaboración de Bankia, propone un recorrido cronológico y conceptual por la trayectoria del artista con obras datadas entre 1895 y 1929, un año antes de su muerte. Romero de Torres fue un gran retratista y, aunque su pintura fue durante un tiempo vista como una expresión del tópico andaluz, fue ante todo un artista de una enorme sensibilidad que supo expresar las tensiones psicológicas del ser humano y la cuestión social. Sus retratos y escenas costumbristas de la Andalucía de la época constituyen un valioso testimonio gráfico de la sociedad del periodo de entresiglos.

La propuesta reúne 55 obras de gran formato que proceden de más de una veintena de colecciones públicas y privadas como, el Congreso de los Diputados, la Junta de Andalucía, la Fundación La Caja de Canarias, el Museo de Bellas Artes de Castellón, el Museo de Bellas Artes de Oviedo, Colección Pedro Masaveu, la Fundación Santander, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Carmen Thyssen de Málaga, la Fundación Prasa y la Colección Paco Peregrín, además de los museos cordobeses de Bellas Artes y Julio Romero de Torres, a las que se suman préstamos de otras colecciones privadas.

La exposición revisa su evolución desde sus obras de juventud hasta la consolidación de su estilo con un recorrido por su producción creativa, marcada por diferentes etapas diferenciadas: desde 1885 -con su matriculación en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Córdoba con tan solo 10 años- hasta 1897, etapa en la que se le considera un pintor del postromanticismo; el periodo desde 1900 a 1906, marcado por el estilo modernista; y, por último, su etapa más conocida que alcanza desde 1907 hasta su muerte en 1930 y en la que su arte desemboca en un estilo personal e inconfundible en el que va más allá del regionalismo en boga.

Las primeras etapas de pintura social que deriva hacia el modernismo son las menos abordadas en las exposiciones dedicadas a Romero de Torres. Cuadros como Mal de amores, A la amiga o Vividoras del amor son piezas maestras de la pintura de su tiempo. Por otro lado, el modernismo Art Nouveau se manifiesta en su obra gráfica, ya que fue un magnífico pintor e ilustrador gráfico y un artista inquieto.