La artista cordobesa Trinidad Montero, más conocida como La Trini, regresa a los escenarios cordobeses para participar, mañana, en el ciclo de conciertos que se está llevando a cabo en la terraza del Centro de Recepción de Visitantes, donde ofrecerá un espectáculo «muy especial» y «muy Trini», según señala la cantante, que desplegará toda la fusión de estilos y ritmos a los que tiene acostumbrados a sus seguidores, y que ya se ha convertido en su seña de identidad. Para este montaje, la artista ha escogido canciones populares andaluzas como La niña de fuego o Dos cruces, en un recorrido que también transportará a Cuba y al séptimo arte con una versión en castellano de Love Story, a la que otorga un «sonido más mediterráneo, más andaluz», continúa la intérprete.

Y es que la investigación en busca de innovación es otra marca Trini. «Soy muy curiosa y siempre ando buscando cosas a las que yo le doy mi estilo», por lo que también incluye colaboraciones «muy interesantes» a cargo de «chicas guerreras», que es como califica a las dos mujeres que la acompañarán en este espectáculo: la violinista Eles Bellido y la bailaora Rosario Vacas. Al piano estará Juan Antonio Sánchez, que fue finalista este año del premio El Filón de La Unión, y con el que cuenta desde hace muchos años, igual que con Patricio Cámara a la percusión.

COSAS DIFERENTES // «Lo que queremos es probar cosas diferentes, nuevos sonidos, divertirnos», asegura Montero, que explica que, por ejemplo, la interpretación de Dos cruces «va por tangos y bulerías». «Siempre me gusta otorgar ese punto aflamencado a la mezcla de música que yo he ido absorbiendo a lo largo de los años», y que, al fin y al cabo, «es la propuesta que yo suelo hacer, la fusión de estilos», prosigue La Trini, que ahora trabaja en un espectáculo con el que viajará a Japón y para el que prepara un repertorio que incluye a Piazzola, Sinatra y a Édith Piaf, todo ello a ritmo de flamenco. «La música es universal y no están tan lejos unas cosas de otras», sentencia cuando se le pregunta cómo se llega a este mestizaje. A la vuelta del país nipón, ya en noviembre, tiene cita en los Países Bajos, y luego se embarcará en la grabación de su siguiente disco -para lo que piensa organizar una campaña de crowdfunding-, en el que se plasmará el espectáculo Confesiones de una diva, que ha dado muchas satisfacciones a esta singular cantante y supone un viaje a corazón abierto, donde, a través de una puesta escena muy teatral y elegante, desnuda las luchas, ambiciones, alegrías y tristezas que a menudo viven las mujeres artistas en el camino de la música. «Contenta y siempre en la lucha», la artista aconseja acudir a ver su espectáculo porque es «una propuesta muy particular» y «siempre hay sorpresas» en todos sus conciertos, puesto que «cada día es diferente». Establecida en Córdoba después de diez años viviendo en Madrid, a la cantante le encanta actuar en su tierra, por lo que este concierto lo espera «con mucha ilusión y entusiasmo».