La obra teatral Tebas Land, que se representa esta noche en el escenario del Teatro Góngora, fue descrita ayer en Córdoba por su directora, Natalia Meléndez, como «un clásico del siglo XXI» y como «la tragedia más inquietante que he leído del siglo XXI». Con estos parámetros de entrada, el autor Sergio Blanco introducirá al público en la historia de un parricida (Martín), que se encuentra en la cárcel y que va a ser entrevistado por un escritor (Federico). Esta idea de partida va a servir tanto a Sergio Blanco como a la directora Natalia Meléndez para sumergir al espectador en dos mundos que se entremezclan y que a veces son difíciles de distinguir: la realidad del personaje Martín, un joven que ha vivido el maltrato en primera persona y en su familia por parte de su padre, y un recorrido desde Grecia de cómo se puede contar en escena un crimen.

«El encuentro entre el creador con el asesino en la cárcel sirve también para preguntar si la creación es un acto puro o si por el contrario existe también manipulación en ella. El texto pone en jaque también esta idea», explicó Natalia Meléndez, quien reconoció que «a veces, los creadores también practican el maltrato con la historia original». La obra explora el maltrato, la manipulación de la creación y cómo se ha representado a través de los siglos el parricidio en la escena.

Esta complicidad de Tebas Land, unida a una aparente sencillez en la escenografía, son dos de los motivos que la han convertido en candidata a cinco premios Max y por lo que ha obtenido multitud de galardones desde que fuera escrita en 2012, como su declaración de obra de interés cultural en Uruguay.

Tebas Land revisita una serie de textos clásicos que abordan el tema del parricidio -Edipo Rey de Sófocles, Los hermanos Karamazov de Dostoyevski, Un parricida de Maupassant y Dostoyevski y el parricidio de Sigmund Freud-, no con el propósito de rendirles un hueco homenaje literario , sino con el de plantear un verdadero desafío sobre la creación teatral.

Para el actor Víctor Sevilla, que se desdobla en su interpretación para hacer de Martín y de Federico, «es una actuación que me toca el corazón, porque me identifico con las personas que sufren maltrato en su vida». Sevilla se estrena hoy en Córdoba con esta representación que -según sus palabras- supone «un reto».