Celos, traición, deseos, poder y honor se dan cita en la trama de la tragedia El castigo sin venganza, de Lope de Vega, cuya directora y tres de sus actores -Beatriz Arguello, Rafa Castejón y Joaquín Notario- presentaron ayer, junto al delegado municipal de Cultura, David Luque, antes de que la Compañía Nacional de Teatro Clásico la ponga en escena hoy y mañana en el Gran Teatro, después de haber sido vista por más de 33.000 espectadores en Madrid. Helena Pimenta está al frente de la representación de esta tragedia, cuyo texto pertenece a la época crepuscular del autor del Siglo de Oro español, «cuando, después de una vida agitada y experimentada, se ve desbordado y desafiado por los nuevos dramaturgos» y decide «escribir una obra maestra», señaló la directora. Según explicó, con esta pieza se percibe «a un Lope con un verbo extraordinario, en una trama increíble que toca temas apasionantes y apasionados».

Ambientada en Ferrara (Italia), Lope la definía como «la tragedia española» y narra la relación amorosa que mantiene Casandra, la joven esposa del Duque de Ferrara, con el Conde Federico, hijo bastardo del duque. Cuando este descubre el adulterio después de volver de la guerra, quiere castigar a Federico manteniendo su deshonra en secreto. El duque manda a su hijo para que mate a un traidor disfrazado que no es otro que Casandra para, después, mandar matar a Federico diciendo que este había asesinado a su madrastra porque creía que esta iba a dar a luz un heredero que le quitaría el ducado. Así, el espectador se encontrará ante un mundo poético que no solo se refleja en la palabra, sino también en la puesta en escena y en la interpretación.

Para Arguello, que da vida a Casandra, el publico asistirá a un destino trágico de los personajes y se identificará, por momentos, con cualquiera de ellos porque es un «diamante con miles de aristas». La actriz también destacó, igual que el resto del elenco, que este papel «es un maravilloso regalo» porque «te empuja a trabajar en un riesgo que otros trabajos no tienen». Por su parte, Rafa Castejón, que interpreta a Federico, señaló que esta es «una de las mejores tragedias que tiene nuestro teatro y uno de los mejores montajes de Pimenta».

Para el actor, es una obra «muy dura, sin un ápice de compasión», que «invita a reflexionar sobre el poder, el buen y el mal gobierno» y «no deja indiferente al público». Joaquín Notario, que se pone en la piel del Duque de Ferrara, calificó este texto como «la obra maestra» de Lope, desde la trama que inventa hasta la diversificación del verso, «dando una gran lección de cómo se hace una tragedia». Por último, Pimenta destacó que este texto forma parte «del patrimonio inmaterial de todas las personas de habla hispana».