Un alminar de una mezquita construida en la Córdoba califal, en el siglo IX, y transformada en la iglesia de San Juan Bautista, cedida a la orden de San Juan de los Caballeros, tras la conquista de la ciudad, recuperará su imagen primitiva afectada por una cubierta y se hará accesible.

La Comisión de Patrimonio ha aprobado el proyecto para la limpieza y consolidación de la Torre Alminar de San Juan de los Caballeros, ubicada en la Plaza de San Juan, junto al Colegio de las Esclavas, que incluye la demolición de la cubierta actual, para obtener la imagen primigenia, según informó la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

El proyecto prevé una cubierta plana como remate neutro, sencillo y con el menor impacto visual, con una trampilla que permita el acceso para labores de mantenimiento y también incluye, junto a otra serie de actuaciones de limpieza, consolidación y recuperación, las obras necesarias para conseguir la accesibilidad al inmueble.

Los trabajos, divididos en dos fases y con un presupuesto total de 82.611,54 euros, permitirán la puesta en valor de uno de los cuatro únicos alminares de España declarados Bien de Interés Cultural. Otro de ellos también se encuentra en Córdoba, el del antiguo Convento de Santa Clara de Córdoba, que conserva en buena parte su trazado original, mientras que los otros dos están asimismo en Andalucía, los de Archez y Salares, ambos en la provincia de Málaga.

El de San Juan, de planta cuadrada con 3,70 metros de lado y que conserva un solo cuerpo cuya altura es de 10,92 metros, fue como tantos otros reutilizado tras la conquista cristiana de la ciudad en 1236 como campanario con la construcción de un cuerpo superior de campanas.

A finales del siglo XIX pasó a formar parte del colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, situación que pervive en la actualidad, época en la que Teodomiro Ramírez de Arellano, en su obra Paseos por Córdoba (1877), ya lo identificó como alminar, aunque no fue hasta 1927 cuando el arqueólogo Félix Hernández, al iniciar los trabajos de renovación del enlucido exterior, lo dató como califal, al observar su fábrica de sillares.