David Pastor y Álex Pastor debutaron en Estados Unidos con Carriers (Infectados), una película en la que un virus se extendía por el mundo y mataba a la mayor parte de la población. Más tarde convirtieron Barcelona en una ciudad apocalíptica en Los últimos días, en la que la propagación de una misteriosa enfermedad obligaba a los habitantes a encerrarse en sus casas.

Ahora que una pandemia real ha tomado forma y la distopía nos ha alcanzado, los hermanos se encargan de darle un giro inesperado al género de la ‘home invasion’ a través de la historia de un publicista (Javier Gutiérrez) que después de perder su trabajo y su casa, decide infiltrarse en la vida de los nuevos inquilinos de su antiguo hogar, una pareja encarnada por Mario Casas y Bruna Cusí.

-¿Cómo surge la idea de ‘Hogar’?

-David: Álex y yo hemos hecho muchas mudanzas por cuestiones de trabajo y en una de ellas nos quedamos con las llaves de uno de los pisos. Pensamos, ¿y si alguien chiflado se atreviera a entrar?, ¿qué pasaría? A partir de ahí construimos el resto de la historia en base a una pregunta esencial, ¿quién sería capaz de hacer algo así y por qué? De ahí surge el personaje de Javier Gutiérrez.

-Precisamente se trata de un personaje que se presenta como una víctima de la sociedad… para terminar convirtiéndose en un verdugo.

-David. Queríamos presentar a un protagonista con el que se simpatizara. Es un hombre de mediana edad que después de una amplia carrera profesional no encuentra empleo porque las empresas quieren contratar a gente más joven a la que pagar menos. Así que el espectador va con él desde el principio, hasta que se da cuenta de que lo está acompañando por caminos muy oscuros. ¿Hasta qué punto está dispuesto a seguirlo en esas circunstancias?

-¿Por qué decidieron hacerla en España?

-Álex. Era una situación muy reconocible después de la crisis que sufrimos en el 2008. Creíamos que vivíamos en un estado de bienestar y todo se derrumbó. Además, probablemente en Estados Unidos nos hubieran pedido contar la historia desde la perspectiva del personaje de Mario Casas y para nosotros era importante hacerla desde la del intruso, es decir, cambiar el tradicional punto de vista y situarlo en el antagonista.

-¿La sociedad produce monstruos?

-Álex. Si Goya decía que el sueño de la razón produce monstruos, Javier es el monstruo que se encargó de producir los sueños de la clase media de este país a través de sus anuncios de hogares perfectos. De alguna manera simboliza ese anhelo de comodidad, de lujo, de cosas materiales que teníamos antes de la crisis, hasta que nos dimos cuenta de que lo podíamos perder todo.

-De hecho, la película comienza con un anuncio cuyo eslogan es «la vida que mereces».

-David. El personaje de Javier Gutiérrez cree que se merece todo lo que tenía, que es algo que se le debe. Por eso no se considera un villano. Todo el mundo se cree el héroe de su propia historia, y él quiere recuperar lo que es suyo. El verbo ‘merecer’ no está ahí por casualidad.

-¿Podríamos decir que se trata de una película sobre las nociones de éxito y de fracaso?

-Álex. Vivimos en una sociedad que da mucha importancia a las cosas materiales, al dinero y al triunfo profesional. Y cuando todo esto no se tiene, se pierde la autoestima, e incluso el respeto de la gente. Queríamos centrarnos en una persona que ha puesto todo su esfuerzo en alcanzar estos elementos externos y superfluos, de forma que cuando se queda sin ellos, entra en una profunda crisis de identidad.

-Cuando estrenaron ‘Carriers (Infectados)’ hablaban de que todo lo que hasta el momento creíamos estable podía desaparecer. Justo lo que está ocurriendo en estos momentos.

-Álex. Cuando hicimos la película estudiamos la pandemia de gripe de 1918. No nos inventamos nada, la mayor parte de las cosas venían de ahí, nos documentamos bien. Ahora lo estamos viviendo en primera persona, estamos siendo historiadores de una historia que es cíclica, que vuelve a repetirse y que da mucho miedo.