Un cuadro de un bosque nevado, un duelista herido y una mancha de sangre en la nieve. La imagen, fijada durante años en la cabeza del director argentino Martín Hodara, fue el germen de Nieve Negra, un thriller sobre secretos familiares proyectado ayer en la sección oficial del Festival de Málaga.

Hodara presentó su ópera prima en la ciudad andaluza acompañado de Leonardo Sbaraglia, que por la noche recibió un homenaje del festival, y la española Laia Costa. Faltaba Ricardo Darín, tercer vértice del triángulo protagonista.

«Me interesaba contar la historia de una familia oscura y de cómo el pasado influye en el presente y se perpetúa», explicó Hodara en rueda de prensa. «Todas las familias tienen secretos, cosas que no se dicen, un familiar del que no se habla», confesó.

Sobre esos silencios y misterios pivota Nieve negra, un éxito de taquilla en Argentina que llegará a los cines españoles la próxima Semana Santa.

Darín es Salvador, un tipo hosco y solitario que vive aislado en su refugio de montaña. Tras décadas sin verse, su hermano Marcos (Sbaraglia) y su mujer Laura (Costa) viajan a Argentina para convencerle de vender las tierras que comparten por herencia de su padre, pero el reencuentro reaviva el enfrentamiento entre los hermanos y agita fantasmas del pasado. Hodara, que cita entre sus mayores influencias a Kubrick, Polanski y Orson Welles, ha tardado seis años en poder sacar adelante la película por la dificultad de cuadrar las agendas de los actores, conseguir nieve y dinero, todo a la vez.

Cuando por fin lo logró, Sbaraglia estaba terminando de rodar otro thriller argentino, El otro hermano, que también compite -mañana- en la sección oficial del festival, lo que le obligó a encadenar ambos proyectos sin descanso.

«Terminé de filmar un viernes, el sábado viajaba a España y el miércoles siguiente ya estaba rodando en Andorra», contó el actor argentino, que ahora está filmando otra vez en los Pirineos la nueva serie de Cesc Gay, Félix.

Aunque Hodara no escribió el guión con ningún actor en la cabeza, tanto Darín como Sbaraglia estuvieron en el proyecto desde el principio. Darín fue el primero en leer el guión y eligió el personaje que quería hacer.

Aunque han compartido películas como la reciente Relatos Salvajes, nunca hasta ahora habían trabajado juntos. «Ricardo es un gran compañero, es divertido y propicia mucho el trabajo en equipo», dijo Sbaraglia.

Laia Costa se unió más tarde. La actriz catalana pegó el salto mediático con su interpretación en Victoria (2015), premiada en la Berlinale, y dará que hablar en los próximos años.

Acaba de rodar una película en Estados Unidos con Mia Wasikowska (Piercing) y ya tiene la siguiente en cartera, Life Itself, junto a Olivia Wilde y Samuel L. Jackson. Costa habló durante la rueda de prensa del misterio que desprende en pantalla su fría relación con el personaje de Sbaraglia. «Es interesante que no sepas cómo son estos personajes más allá del momento en que les ves, no necesitas saber más sobre ellos que lo que muestra la primera escena», apuntó.

Al respecto, Sbaraglia precisaba que la relación entre ambos está marcada por los secretos: «Cuando uno no muestra quién es, el vínculo es inaccesible».

El actor argentino destapó un monolito con su nombre en el paseo marítimo de Málaga y por la noche recibió el Premio Málaga Sur en una gala homenaje.