Seducido por la misma noción de "azar" que hace casi cuatro décadas le llevó a hacer historia con Radio Futura, Santiago Auserón dijo sí a una invitación para sumergir sus canciones en la vía sinfónica, siguiendo esta vez el ejemplo de los "músicos cultos que tomaron la senda popular", como Gerschwin o Kurt Weill.

No podía pensar en 2014, cuando recibió la propuesta de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León para acompañarle en concierto, que aquel formato se convertiría primero en una gira junto a otras formaciones por varios puntos de España y, finalmente, en un disco grabado junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, la de sonido "más caliente" de todo el tour.

"Cuando has partido como autodidacta y a los casi 65 años tienes la suerte de que te inviten a hacer esto sin hacer el ridículo con ello... Me pregunto qué hubiese pasado si hubiese recibido esta educación desde el principio", se ha felicitado hoy ante los medios en la presentación del resultado, "Vagamundo" (La huella sonora), que se publica el viernes.

Visiblemente "acongojado", lo que se le pasa por la mente y la garganta delante de esos casi 70 músicos al locuaz músico y filósofo queda sintetizado de la mejor manera en una frase del "making off" del proyecto: "Es un subidón".

Copa de vino en mano, Auserón (Zaragoza, 1954) cuenta que, cuando aceptó la oferta de llevar sus temas al ámbito sinfónico, evitó reducirlo a un "pop orquestado que limase las asperezas" de las músicas fronterizas que tanto han marcado su vida y que en este disco toman tierra con la tradición lírica española.

"Solo si se asume como un reto artístico", se dijo como condición para aceptar, y posó la mirada "en músicos cultos que se han acercado a la senda de la música popular", véase George Gerschwin ("Summertime"), Kurt Weill en su aproximación a Bertolt Brecht, Leonard Bernstein ("West Side Story"), Nino Rota o Henry Mancini ("Moon River").

De hecho, "Vagamundo" fue concebido como "música para cine, para una película no proyectada que solo puede verse en la mente del que la escucha", explica.

Sin dejar de "inocularse humildad", Auserón también quiso pintar como Frank Zappa, algo más que "un hippie drogado, un músico contemporáneo que acabó en manos del mismísimo Pierre Boulez", convencido de que las orquestas sinfónicas, "condensación de mil años de historia de la música", tratan "también de mirar al futuro".

"La implicación de las orquestas en la música popular contemporánea es lo más moderno que ha pasado en España y en el mundo desde que acabó la dictadura", sentencia al respecto.

En "Vagamundo", Auserón cuenta con la batuta de Ricardo Casero, director titular de la Orquesta Reino de Aragón, y los arreglos concebidos por la compositora y directora Amparo Edo, que ya trabajó con él en su anterior álbum y que fue colaboradora habitual además de Wayne Shorter, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.

De ese modo se entiende que su "Río Negro" irrumpa ahora con ecos de "Carmina Burana" y vire después hacia los pasajes que Ennio Morricone creó para la escena nevada de "Los odiosos ocho", de Quentin Tarantino.

"Soy un clásico en las formas, porque me gustan las cosas elaboradas, pero desde el punto de vista emocional soy un romántico y me gusta que haya tormentas", dice.

En el repertorio se cuelan muchos temas de su carrera como Juan Perro, algunos tan recientes como "Luz de mis huesos", de su último álbum de estudio, el acústico "El viaje" (2016), pero también cortes de su lejana etapa con Radio Futura, en un principio pensando en el "agrado" del público, ahora también en el suyo.

"Antes pensaba que eso no me permitía aprender; ahora aprecio esa sencillez primitiva de Radio Futura y veo que la gente que lo ha conservado tiene razones para ello. No sabes por qué, pero cuando se interpreta con sinceridad, esas canciones recuperan toda su capacidad", ha afirmado.

El ejemplo de su vieja banda le sirvió de alguna manera para aceptar este reto. "No tenía intención de meterme en una aventura así, porque hubiera resultado muy presuntuoso, pero Radio Futura también fue una cuestión de azar, una tentación a la que accedí, y ya hemos visto cómo se ha liado mi vida desde entonces", ha apostillado entre sonrisas el "eterno estudiante".