En la Sala Capitular de Orive, que hasta ahora no disponía de un techo, anidan cernícalos primillas (aves en peligro de extinción) y palomas. Para los primeros se han dispuesto habitáculos para que sigan haciendo sus nidos allí, con el asesoramiento de técnicos de Medio Ambiente.

Sin embargo, para controlar la elevada suciedad que generan las palomas, se establecerán "fórmulas" para impedir que vuelvan a tomar el edificio y generen nuevos problemas de conservación. También se articularán "sistemas de limpieza cómodos y eficades", según indicó ayer Andrés Ocaña.