La apertura de esta edición de la Feria del Teatro en el Sur corrió a cargo de El Hangar, compañía cordobesa que presenta la obra original de Enrique Olmos, dirigida por Chiqui Carabante: Cómo amar al ministro de Cultura. Son sus intérpretes Antonio Aguilar, Chete Guzmán, Mónica Mayén y Luís Miguel Molina. Se trata de una comedia con mucha frescura, una sátira moderna del tiempo que nos ha tocado vivir en un mundo en el que todo parece indicar que la cultura en general se encuentra a años luz de lo que debiera ser, todo ello presentado en clave de humor. El argumento es sencillo: tres estudiantes de provincias terminan sus respectivas carreras y se trasladan a la capital en busca de oportunidades. Aguilar es un licenciado en filología y aspirante a escritor, Mayén es una licenciada en arte dramático y desea ser actriz, y Molina es licenciado en Bellas Artes.

Tres historias distintas con un mismo final. O conoces a quien te enchufe o no hay trabajo. Aquí empieza el desastre, ya que para poder hacer frente a esas deudas diarias el escritor trabaja en una línea de sexo telefónico; la futura actriz reniega de su «maldita dignidad» porque para una ocasión en la que le ofrecen un papel importante debe pagarlo con una felación al que más manda; y el de Bellas Artes explica con pelos y señales su trabajo de paseante de perros y cómo debe contar a los dueños de los mismos la cantidad y calidad de las cacas de los chuchos.

Deciden secuestrar a un politiquillo que gusta de los antros de la noche, pero todo sale mal y en su lugar secuestran al ministro de Cultura. Aparentemente se les va a solucionar la vida, pero dura poco la alegría en casa del pobre. Una interpretación muy medida por parte de todos, un monólogo fantástico de Mónica, y los números a dos bandas muy divertidos. Es posible que a la obra le sobren algunos términos malsonantes y escatológicos excesivamente repetidos, aunque en el fondo no es más que la imagen de cómo se habla en la actualidad.

‘MARAT/ SADE’ \ Al Teatro Coliseo llegó la propuesta de Atalaya dirigida por Ricardo Iniesta, que firma también el espacio escénico con su visión personal de la obra de Peter Weiss Marat/Sade. Toda la obra gira alrededor del enfrentamiento de dos formas distintas de comportamiento: el individualismo hedonista de Sade, al que incorpora Manuel Asensio, contra la honesta colectividad de Marat, Jerónimo Arenal, dentro de un montaje que es totalmente actual, ya que en nuestra sociedad podemos ver como aumenta la desigualdad, y ese enfrentamiento viene a ser real. Es la sangre de la revolución contra la «otra» sangre. Weiss coloca la acción en el hospicio de Charenton, en el que realmente estuvo recluido Sade, momentos antes de que los locos allí ingresados comiencen a interpretar una obra dirigida por el marqués. Teatro ficción dentro del teatro.

El montaje recoge pinceladas del teatro épico de Bertolt Brecht, del simbolismo de Meyerhold y del teatro de la crueldad de Artaud. Se trata de un extraordinario trabajo eminentemente coral, simbolismo en estado puro, en el que el texto social y político muestra cómo las masas se rebelan contra el poder. Una escenografía basada en grandes cortinas blancas que se desplazan a lo ancho del escenario da mucho y buen juego para la puesta en escena y dibujan todos los ambientes. Si Jerónimo Arenal y Manuel Asensio brillan con mucha altura, no les van a la zaga Silvia Garzón, y Carmen Gallardo. Raúl Vera, María Sanz, Lidia Mauduit, Raúl Sirio y Joaquín Galán completan el elenco.

‘JÁCARA DE PÍCAROS’ \ Borja Rodríguez dirige y pone texto a esta comedia para todos los públicos con la que Hiperbólicas/La Morgue puso el cierre a esta primera jornada de la Feria. Sobre el escenario, una espléndida Rosa Díaz, que muestra su completo dominio del cuerpo, junto a unos no menos realistas David Lorente, Alberto Gómez y David Kelly, que recrean el verso de un texto que habla sobre los pillos, truhanes y hampones hambrientos ambientados en una Castilla ancestral.Aventuras y desventuras de Pelón (Rosa Díaz), un pequeño pajarillo que nada más nacer se debe enfrentar a varias emboscadas del destino y de tres bribones, graciosos hampones animalizados en forma de tres pájaros: un cuervo, un grajo y una urraca. El público puede reconocer fácilmente todo el retablo de personajes variopintos, figuras señeras de la picaresca como Lázaro de Tormes o el Buscón.