El fotógrafo cordobés Rafael Alcaide, colaborador de la agencia Efe y freelance, muestra desde ayer en el bulevar de Gran Capitán 40 imágenes tomadas en la frontera serbio-húngara, donde acompañó durante unos 15 días a cientos de refugiados procedentes de Siria. La exposición, denominada Fronteras, es la única al aire libre que se integra dentro de la vigésimo quinta Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba, es decir, que abandona la neutralidad del museo y asalta el espacio urbano de la ciudad. Así, el conflicto de Siria llega al centro de Córdoba desde la mirada de un fotógrafo cordobés y con una estructura simbólica, enmarcadas en una especie de valla que simboliza las fronteras en las que se enmarcan las fotografías.Pero además, la exposición, que estará abierta hasta el 21 de mayo, tiene el añadido de que algunas de las imágenes podrán verse en cuatro líneas de autobuses de Aucorsa, concretamente en las líneas 3, 4,9 y 12, de forma que también llegarán a todos los barrios de Córdoba.

Alcaide dijo ayer, durante la inauguración de la muestra, que «como fotoperiodista me llama mucho la atención la fotografía social y entendí como una oportunidad que este trabajo, que hice entre el 15 de septiembre y el 29 de agosto del 2015, se viera aquí». Aparecen muchos rostros de niños, pero al autor hay uno que le llama especialmente la atención, y es la mirada de una pequeña a través de la ventana de un autobús. El fotógrafo cuenta que las imágenes están tomadas cuando se cierran las fronteras de Hungría con Serbia, el paso por los campos de Serbia buscando la ruta alternativa por Croacia, las devoluciones en caliente, y los últimos que llegaron a Austria. Alcaide dice que realizó unas 5.000 fotografías, muchas han dado la vuelta al mundo.