La 32 ceremonia de entrega de premios de la Academia del Cine Europeo (EFA) solo ha necesitado 15 minutos desde su inicio, el tiempo que ha tardado en entregarse la estatuilla al Mejor Director, para dejar claro que la noche no iba a ser dulce para Pedro Almodóvar. Y a partir de ese momento, en el que el griego Yorgos Lanthimos ha sido anunciado ganador en esa categoría gracias a La favorita, los 150 minutos restantes de gala han sido una recusación de la mayoría de las quinielas, que daban por hecho que 'Dolor y gloria' sería la triunfadora absoluta de la noche. Y el premio al Mejor Actor obtenido por Antonio Banderas -que por motivos profesionales no estaba presente en la ceremonia- gracias a su estupendo trabajo en ella no ha evitado que la sensación de derrota planeara tanto sobre el director manchego como sobre su 21 película.

Sobre lo sucedido esta noche en Berlín hay muchas cosas que no tienen demasiado sentido, y dos especialmente. La primera es la mera presencia entre las nominadas de una ficción por otra parte tan magnífica como 'La favorita' -que se ha llevado los ocho premios a los que optaba, entre ellos Mejor Película, Mejor Comedia y Mejor Actriz-, todo un desafío a la lógica; fue estrenada internacionalmente en el verano de 2018, y el único motivo por el que no tuviera un hueco en los premios de la EFA de aquel año pero sí en los de este son los incomprensibles calendarios por los que se rige la institución a la hora de decidir a qué año pertenece cada película.

La segunda es que, pese a ser considerada una de las obras mayores de su autor desde que se estrenó en abril pasado, y a haber provocado aplausos unánimes de crítica y público en todo el mundo desde entonces, 'Dolor y gloria' parece estar gafada cara a los premios. El pasado mes de mayo fue presentada en el Festival de Cannes e inmediatamente considerada como favorita para llevarse la Palma de Oro, pero el galardón acabó yendo a parar a 'Parásitos', del coreano Bong Joon-ho. Asimismo caben pocas dudas de que el próximo febrero la ficción más autobiográfica de Almodóvar también figurará entre los cinco títulos candidatos al Oscar a la Mejor Película Internacional y que será una de las favoritas y casi seguro que también ese galardón irá a 'Parásitos'. Y, por supuesto, es perfectamente posible que el título victorioso en la próxima noche de los Goya no sea 'Dolor y gloria' sino Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar.

Problemas de guion

Más allá de la probable decepción de Almodóvar y de la segura alegría del director barcelonés Salvador Simó, que se ha llevado el premio a la Mejor Película de Animación gracias a 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', la última gala de la EFA ha ofrecido más o menos lo mismo que sus predecesoras: la misma retahíla de perdedores -también las otras películas favoritas de la noche se han vuelto a casa de vacío: 'El oficial y el espía', de Roman Polanski, y 'El traidor' de Marco Bellocchio-; los mismos números de humor alemán que hacen bueno ese tópico según el cual las palabras humor y alemán nunca deberían ir juntas; los mismos números musicales eternos, ninguno tanto como una aria inenarrable en homenaje a Werner Herzog, uno de los premios honoríficos de esta edición -Juliette Binoche ha sido el otro-; los mismos alegatos políticos en pos de la solidaridad europea y la hermandad del cine y en contra del cambio climático y los fascismos; y la misma sensación de que, en un mundo justo, este tipo de galas deberían durar la mitad. Es imposible imaginar lo larga que se le debe de haber hecho a Almodóvar.