Santiago Posteguillo, uno de los autores más reconocidos del género histórico, clausuró ayer jueves las jornadas Andalucía en la novela histórica organizadas por el Centro de Estudios Andaluces y la Fundación Cajasol y coordinadas por el periodista Félix Ruiz Cardador. El autor, especializado en la historia de la Hispania romana, pronunció la conferencia Trajano, un andaluz universal,Trajano, un andaluz universal vinculada a su trilogía dedicada al emperador Marco Ulpio Trajano y que componen las novelas Los asesinos del emperador (2011), Circo Máximo (2013) y La legión perdida (2016).

En estas obras, Posteguillo se acerca a la figura de este césar nacido en la Bética, en la ciudad de Italica, y dibuja un fresco repleto de intriga y aventuras desde los años del cruel emperador Domiciano hasta las campañas militares que marcaron los últimos años de Trajano.

En declaraciones a este periódico, Posteguillo explicó su interés por escribir sobre Trajano al que considera «un gobernante ejemplar» al que debería tenerse como referente en el liderazgo político en el que «echa en falta muchos valores que él promovía con sus actos».

Para Posteguillo, «seguir leyendo sobre Trajano es un ejercicio de esperanza» pues --por ejemplo-- luchó activamente contra la corrupción. «Heredó un Imperio Romano muy corrupto y obligó a todos los senadores que habían hurtado a devolverlo al Estado». Además, según contó el autor, practicaba política social en la que procuraba que los más desfavorecidos de Roma tuvieran una forma de vivir e, incluso, se preocupó de llevar agua al barrio más pobre de Roma, la Subura. «Si había guerra, él iba en primera línea. Son una serie de cosas que los líderes de hoy día jamás harían. Es inimaginable ver algo así en un presidente de gobierno democrático occidental. Pero, sin embargo, este era el tipo de gobierno que quería Trajano: uno en el que no exigiera nada que él no estuviera dispuesto a hacer», añadió.

En cuanto a la universalidad del emperador, Posteguillo explicó que «no entendía de límites para las relaciones del Imperio Romano». Más allá de que este ampliara sus fronteras, el gobernante mantuvo una interacción constante con los otros imperios de los que se tenía conocimiento en aquella época: el Imperio Kushán del norte de la antigua India y el de la Dinastía Han de China. «Trajano tiene mucho que ver en el desarrollo del comercio con oriente; con él se afianzó la ruta de la seda. Es un emperador global, globalizador y, por eso, universal», sentenciaba.

Para conmemorar el décimo aniversario de su primera y exitosa novela sobre Trajano, Los asesinos del emperador (2011) --que se celebrará el próximo año-- el novelista está preparando una edición especial con las tres volúmenes de la trilogía.